xxvi. veintiséis

1.4K 146 118
                                    



CÁNTICO AL HADO

⸻ capítulo veintiséis: la espía no espía ⸻

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

capítulo veintiséis: la espía no espía

𓆩 * 𓆪

AQUELLA NO ERA LA primera vez que Azriel visitaba la Corte Amanecer.

Lo había hecho con anterioridad: en alguna de sus misiones por la corte, estando de paso, buscando descanso tras días lejos del hogar, o simplemente en busca de una comida caliente que le llenase el estómago.

Cada corte de Prythian instigaba diferentes sentimientos en el ilyrio. Puede que todas fuesen hermosas, pero algunas de ellas ya resultaban imposibles de nombrar sin ligera sospecha o sin que algún recuerdo relacionado le azotase. La Corte Otoño, por ejemplo, traía consigo memorias relacionadas con la ira y el odio, emociones que a día de hoy todavía mantenía hacia aquellos que las habían provocado para empezar. Las mismas personas que vería en pocos minutos en la reunión de los siete lores, sentadas a apenas unos metros de distancia. El pensamiento le hizo apretar la mandíbula.

Estaba junto a su familia cuando el sonido de voces apagadas alcanzó su atención. Venían de un poco más arriba, de la sala en la que daría lugar la reunión de los grandes señores. Azriel inclinó la cabeza ligeramente, sus sombras le susurraron tres nombres.

-Kallias, Helion y Thesan ya están aquí -anunció a Mor y Cassian, que asintieron sutilmente y siguieron avanzando por las escaleras del palacio.

Sin dejarse cautivar por la belleza del lugar, Azriel se mantuvo precavido a todo lo que le rodeaba. Su trabajo, después de todo, así se lo requería. Tenía que ser él el primero en encontrar las amenazas (de haberlas), el primero en exterminarlas si pudiese ser. Especialmente en una ocasión como esa.

El salón en el que entraron estaba hecho de mármol. Sillas acojinadas de roble habían sido dispuestas en un gran círculo en el centro de la habitación, cerca de un estanque azulado, suficientes para los Grandes Lores y sus numerosos delegados.

Azriel echó un vistazo alrededor, sus ojos ámbar se movieron raudos y rápidos, examinando el entorno igual que lo haría un cazador. Localizó las múltiples salidas, estudió cada rincón, y por último, observó de arriba a abajo (como bien sabía que Cassian también estaría haciendo) a los peregrinos alados, la guardia real de la Corte Amanecer. Prestó atención a la forma en la que sujetaban sus espadas, habían apretado el agarre con su llegada.

Sus ojos se cruzaron durante un segundo con los del capitán de la guardia. Un hombre de cabellos claros y complexión musculosa, que al verlos aparecer no hizo más que enderezar las plumas y ojearlos de vuelta en completo silencio. Probablemente fuese el guerrero más experimentado en la sala aparte de los ya conocidos, era importante anotar su posible amenaza. Azriel tomó nota de su posición.

Crescendo Inmortal║ 𝐚𝐜𝐨𝐭𝐚𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora