⧼ 𝐋𝐀 𝐌𝐔𝐂𝐇𝐀𝐂𝐇𝐀 ⧽⸻ capítulo tres: visita (in)deseada ⸻
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EL SONIDO DE LAS MONEDAS repiqueteando contra la mesa provocó que mis hermanas me mirasen desde sus respectivos asientos. Las tres, incluido mi padre, observaron el pequeño saquito interrogantes. De pronto, Elain abrió los ojos en reconocimiento y acarició el cordón que la mantenía cerrada. Sus labios entreabiertos ante la sorpresa.
-Dione, ¿cómo...? -comenzó, mirándome estupefacta-. ¿Cómo lo recuperaste?
Nesta se acercó y le echó un vistazo para luego asentir con satisfacción. Ella también se había dado cuenta. Mi hermana tomó mi capa y me obligó a sentarme empujando mi hombro, un plato de carne de venado fue deslizado hasta mí, Feyre me observó curiosa.
-¿Es eso el dinero que os robaron hoy? -preguntó mi padre por primera vez en toda la velada.
A mi lado, Nesta puso los ojos en blanco ante su intervención. Elain, por otro lado, asintió de manera vehemente y comenzó a contarle lo que había pasado en el mercado, lo mal que sentía por no haber recuperado el dinero robado. Luego, se puso en pie y me dio un largo abrazo a la par que los agradecimientos brotaban de sus labios.
-No podía dejarlo así. Nos hace falta el dinero tanto como la comida, es importante ahorrarlo. Además-agregué, tomando un bocado de carne con condimentos, el tenedor me raspó la lengua por la rapidez-, lo encontré rápido. Y sin pegarle a nadie, lo prometo.
Inesperadamente, la mano de Nesta me propinó un golpe en la nuca. Yo salté en el asiento.
-No hables con la boca llena.
Elain se rió, y Feyre se unió más sutilmente mientras yo sacaba la lengua con restos de alimento para mostrársela a mi hermana. Ella hizo un ruido asqueada mirando hacia otro lado.
-A veces no me creo que seas la mayor.
A partir de aquel momento, el resto de la cena pasó de manera pacífica, con Elain trenzando mi cabello mientras Nesta iba a cortar un poco más de leña voluntariamente. A mi izquierda, percibí los dedos de Feyre trazando la dedalera que había pintado tiempo atrás en la mesa con unas latas de pinturas que Elain le había regalado. El anhelo en su mirada me hizo desear saber hacer pintura, si supiese le habría creado los colores que más quisiera, los más bonitos, los más oscuros, los más brillantes... Todo por verla sonreír más a menudo.
-Oye, Fey.
Ella alzó la cabeza, sus ojos grises me miraron atentos.
-¿Me puedes alcanzar mi alforja?
El crujido de la puerta al abrirse reveló a Nesta una vez más, su rostro un poco rojo tras el esfuerzo de cortar leña. A diferencia de otras veces, en esta ocasión no hubo un ceño fruncido acompañándola, y fácilmente pude darme cuenta de que la causa se debía a las compras que había hecho hoy con Elain. La capa nueva y las botas estaban impecables recogidas sobre el sofá. Mis dos hermanas parecían más felices de lo que las había visto en mucho tiempo.
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Crescendo Inmortal║ 𝐚𝐜𝐨𝐭𝐚𝐫
FanfictionSiglos han pasado tras el último contacto entre humanos y fae después de la gran guerra y el mundo se divide en tres partes. El sur pertenece a los humanos, con sus castillos y sus frágiles poblados. Al oeste dormita Hybern, un sitio de leyendas qu...