capítulo 11.

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15 de Julio de 2017.

Antonella

Después de prepararnos un buen rato, finalmente estábamos listas.

El evento era en dos horas, pero Camila y yo íbamos a acompañar a mi mamá que necesitaba estar antes para supervisar todo. Además al estar en el backstage iba a ahorrarme a los periodistas, los cuales llegarían media hora antes, haciéndole entrevistas a los invitados en la entrada.

Al menos por ahora, porque sabía que a la salida también iban a estar ahí. Más que nada porque en ese momento teníamos que sacarnos algunas fotos, entre las que estaba la típica foto en familia.

Tampoco quería que se olvidaran la verdadera razón por la que estaban acá: mi mamá, la cual estuvo trabajando mucho y mucho tiempo para lograr lo que logró.

Hoy el centro de atención era ella y nadie más que ella.

Sabía que no iba a liberarme tan fácil porque muchos seguían echándole leña al fuego y parecían empecinados en seguir con el tema. Lo que nunca pensé fue que esta separación en particular traería consigo una repercusión de esta magnitud.

No entendía mucho el por qué.

[...]

Llegamos al hotel y, como esperábamos, todavía no había nadie de la prensa.

Los organizadores recién estaban acomodando la alfombra roja y los carteles que mostraban tanto el logo de la marca como los patrocinadores. Los de seguridad, por su parte, se estaban encargando de poner las vallas.

Saludamos y fuimos directamente al salón dónde se realizaría todo.

Llegamos y nos encontramos con los empleados del hotel poniendo las sillas y cada decoración en su lugar.

En vez de dar toda la vuelta para ir a donde estaba el backstage, la hicimos más fácil subiéndonos a la pasarela y yendo para atrás, es decir, por donde salían las modelos.

Saludamos a cada uno de los estilistas que estaban preparando sus cosas y a Jimena, que nos estaba esperando sentada.

—Ya están por bajar todas, Caro.

Las chicas, que se hospedaban en el hotel, habían llegado ayer.

—¡Buenísimo!

[...]

No hubo ningún error o imperfección, y no podía estar más contenta por mi mamá. Fui testigo de todo el esfuerzo y la dedicación para que todo saliera como salió.

Tanta preparación valió la pena.

Ya estábamos llegando a la medianoche y lo único que quería era sacarme todo lo que tenía puesto para ponerme algo más cómodo.

Salimos y empezaron a disparar los flashes para todos lados. Nos sacaron tanto la foto grupal como la individual.

—Anda, no hay problema. —dijo mi mamá.

—¿Eh? —pregunté sin entender.

—Que vayas a hablar, si es obvio que te están esperando a vos.

—Está bien. —rodé los ojos. —Hola.. —me acerqué a una periodista en particular, que estaba alejada de todo el quilombo.

Era obvio que todos me iban a preguntar lo mismo, por lo que solo iba a hablar con ella. Qué se yo, que después los demás vean esta nota y saquen la información que quieran.

—¡Anto, hola! Estas muy linda.

—Muchas gracias.

—¿Cómo la pasaron? Por lo que vi, todo salió perfecto.

Irresponsables | Paulo Dybala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora