capítulo 11.

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6 de Febrero de 2018.

sofiferro

📍Nueva York, Estados Unidos

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sofiferro viviendo un sueño 🌟

👤antonellaschiavi, camilaschiavi

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camilaschiavi 💓 te amo

antonellaschiavi mi churriiiiiii 🥰

pauliferro Lindasssss!!

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[...]

Antonella

Pensaba que cogerme a Paulo iba a desaparecer toda la frustración sexual que tenía para con él, pero no podía haber estado más equivocada porque ahora en lo único que podía pensar era en la noche que habíamos pasado y en fantasías varias.

Era algo que estuve necesitando y me negué a aceptarlo durante todas las veces que él se me insinuó y yo lo rechacé. Pero esta vez sí que no pude aguantarme más y tuve que ceder.

Todo se avivó aún más, por lo menos de mi parte.

No hablamos mucho después de ese día, casi nada. Solo unas horas después de nuestro encuentro, que le avisé que muy probablemente íbamos a coincidir de nuevo en otro lugar.

—¿No me estas escuchando ni mierda, no?

—¿Cómo? —finalmente le presté atención a Sofía. —Perdón, es que estoy teniendo flashbacks.

—Antonella, por dios. —se rio. —¿Siguen sin darse señales de vida?

—Hablamos ese mismo día a la madrugada, cuando ya había vuelto. Pasa que ustedes ni se enteraron porque vine y estaban en el quinto sueño.

—Ahhh, claro. ¿Les contaste a Belén y Agustina al final?

—A Agustina, sí. A Belén solo le dije que nos vimos, no le conté más porque viste cómo es con querer saber los detalles personalmente.

[...]

—¿Cómo estas? —me preguntó mi hermana.

—¿Con qué?

—Con lo de Paulo.

—Ay, no sé. A ver, no me arrepiento de nada.

—Mmm... 

—¡Dale! Dejame terminar. —sonreí. —No me arrepiento, es más, si me habla de vuelta...

—¿Me estas jodiendo?

—No puedo decirle que no.

—Sí que podes, le decís: che, dejame en paz.

—Ja, ja, graciosa. En serio, boluda, no puedo no contestarle cada vez que me habla.

—Podes contestarle y decirle que no queres verlo.

—Pero sí que quiero verlo.

—Te lo queres coger, Antonella. Es diferente.

—Bueno... sí. Ya le dije que deje de hablarme así no me veo con la presión y las ganas de contestarle.

—¿Y qué te dijo?

—Que no quiere dejar de hacerlo.

—Bue, entonces van a seguir con lo mismo hasta anda a saber dónde.

—No, te prometo que en algún momento voy a cortar todo esto.

[...]

Paulo

Si bien con Antonella tuvimos la charla que tanto ella como yo queríamos tener, quedé con más dudas que certezas porque todo había sido muy contradictorio entre lo que dijimos y un rato después hicimos.

Igualmente no me arrepentía de nada y si la confusión servía de excusa para volver a verla, bienvenido sea.

Otro tema, a mis compañeros no les había dado mucho detalle pero aún así lograron darse cuenta de lo sucedido. No me preocupaba, sabía que de su boca no iba a salir nada porque no eran botones y porque ellos, inclusos los casados, solían hacer cosas así.

Higuaín era uno de mis compañeros más cercanos y vino a la habitación para que le contara. Lo hice, le tenía la confianza suficiente. No solo eso, también le conté cómo venía la mano con Oriana.

Me aconsejó lo que yo ya pensaba; tenía que cerrar una historia para empezar otra. Algo que para mí era un poco difícil, ya que por Antonella sentía muchas cosas. Demasiadas. Estaba convencido de que si me ponía en una relación con otra mujer, muy probablemente y por más cruel que suene, iba a ser capaz cagarla con ella.

Para mí, las ganas de estar con Antonella serían ser más fuertes que cualquier otra cosa o persona. Los límites de mi parte nunca iban a llegar, ella era la más sensata en esas situaciones.

Era la primera vez que alguien me hacía sentir así y no sabía hasta que punto estaba bueno si eso me impedía seguir conociéndome con otras personas.

Irresponsables | Paulo Dybala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora