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3 de Julio de 2017.
Antonella
Después de haber estado comiéndome la cabeza pensando en la mínima posibilidad de embarazo, los análisis me aclararon que todo había sido un susto.
Sentí que me había sacado un gran peso de encima.
La maternidad era algo de lo que siempre estuve segura que quería. Claro que no en estas circunstancias, en este momento y con esta persona que lo menos que quería ahora era verle la cara.
Por más que todavía estaba enamorada de él.
Esperé a que mi hermana saliera del baño para así poder hacer videollamada con Agustina, que nos pidió hablar apenas podamos.
—¡Listo! ¿La llamaste?
—Te estaba esperando. —agarré mi celular para avisarle que ya estábamos y enseguida me apareció su nombre en la pantalla. —¡Agus! —la saludamos al mismo tiempo.
—¡Ahhh, hola! Paren que la meto a Belu también.
—¡Hola manola! —apareció la recién nombrada. —¿Qué onda esta reunión de consorcio? ¿Pasó algo?
—Les quiero contar algo. ¿Lautaro está ahí?
—No, se está bañando porque recién llegó de entrenar. ¿Por?
—Ah, bueno. Luciano le quería contar pero yo no me aguanto, así que después decile vos.
—¿No entiendo de qué hablas..?
—¡ESTOY EMBARAZADA!
¿Escuché bien o yo seguía teniendo alucinaciones con lo mío?
—¿EHHHHHHHHHH? —dijimos todas al mismo tiempo.
—¡SÍ!
—¡Me muero acá, boluda! ¡Me voy a poner a llorar! —avisó Belén que no sabía en qué momento ya tenía un pañuelito en la mano.
—¿¡Estas segura de que no es como lo de Antonella, no!? —preguntó Camila, asustada de que esta vez también le pincharan el globo.
—¡Les juro que es posta! —sonrió.
—¡Ay, te amo! —hablé por fin. —¡Estoy muy feliz por vos! ¿Ustedes cómo están?
—Sorprendidos, ponele. No lo planeábamos pero tampoco nos estábamos cuidando mucho, así que..
—¿Qué pasa en este grupo que no nos cuidamos? —preguntó mi hermana. —¿Vos te cuidas, no Belén?
—¡Obvio que sí! Bastante me está haciendo parir la carrera ya y recién voy por el segundo año de siete. Voy a pensar en ser mamá recién cuando termine de estudia.. ah, Lautaro el otro día me dijo que quería ser papá joven. —hizo un montoncito. —Qué flasheaba, no. Ya le dije que me espere o que me deje.
