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👀colofer, doloresdybala y 499.923 personas más
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29 de Enero de 2018.
Antonella
Habíamos llegado a Nueva York y no perdimos el tiempo; dejamos las valijas en el hotel y enseguida nos fuimos a comprar algunas boludeces, ya que hoy solamente teníamos pensado encerrarnos en una de las habitaciones para mirar alguna peli y comer.
Mañana sería un día movido, más que nada para Sofía que era la que venía a trabajar. Pero nosotras la acompañaríamos, por lo tanto tendríamos que levantarnos igual de temprano.
—¿Saben quién me habló antes de venir para acá? —comenté al pasar.
—¿Quién? —preguntó la rubia.
—Antonella.
—¿Posta? ¿Y qué quería?
—Quería que nos juntemos algún día y nada, le dije que sí. No tendría problema en cuanto esté allá de vuelta.
—¿Pero vos crees que es por algo de Paulo o porque sí?
—Na, Paulo ya no tiene nada que ver. Quedamos en que nos íbamos a juntar si pintaba y bueno.
—Qué gracioso que estén diciendo que están planeando algo. —se rio mi hermana.
—¿Siguen con eso? Dios. Paulo también pensó lo mismo y ya le dije que no.
—Un poquitito de razón tiene igual. No lo defiendo y vos lo sabes más que nadie, pero yo llego a ver que mis exs están juntos y me agarra un síncope. Igual no tengo exs, menos mal.
—¡Es cualquiera! Decime qué podríamos hacer.
—No sé, caerle a la casa. Ah, te imaginas.
—Ay, yo tengo que admitir que un sustito al menos le hubiera pegado. Después de todas las que te hizo.
—¿Ves? —me miró. —Tenes que ser más como Sofía. —se dirigió a nuestra amiga. —Boluda, ella no sabe de venganza. Tiene su carácter, obvio, pero sabes la de cosas que podría hacer y no las hace...
—No estoy para perder tiempo en boludeces. Que se maten los demás y a mí me dejen afuera de todo.
—La que te movió algo fue Agustina, eh.
—¡Bue pero ella er... es insoportable y lo sabes! Es un caso especial. Dios, me acuerdo y me agarra una bronca.
—Sí, eso no te lo voy a negar. Demasiado bocona para mi gusto.
—Igual, como les conté, Paulo ya me dijo que habló con ella. Así que esperemos que se quede calladita nomás.
—Y si no, las clases de boxeo que tomaste te tienen que servir para algo.
—Ay, no. —dije horrorizada. —No pensaba llegar a tanto.
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Paulo
Mañana viajaría para Nueva York, por lo que ya estaba terminando de meter las últimas cosas en la valija y asegurándome de que tenía toda la documentación necesaria.
Una vez que chequeé que tenía todo listo, dejé todo a mano en la mesa y me fui a acostar porque al día siguiente tendría que estar a primera hora en el club.
Agarré una última vez el celular y me puse a contestar mensajes de hace unas horas. En una de esas me centré en una conversación en particular que releí y no sabía a dónde estaba yendo.
Si bien en Córdoba estuve con Antonella, no dejé de hablarme con Oriana. La cual venía hablándome todos los días, menos desde que salieron las noticias de que mi ex y yo estuvimos juntos. Y entendía que seguramente estaba un poco confundida, quizás hasta enojada, por las erróneas esperanzas que le di.
Ahora era cuando me arrepentía de eso. El estar en un limbo con mi ex me llevó a hacer cosas como esas, que hoy pensándolo mejor no tenía idea de por qué lo había hecho si no cerré completamente la historia anterior.
Lo más importante ahora; quería hablar con Antonella para ver si nos poníamos un punto final o qué. Me confundía el hecho de que me decía una cosa y hacía otra completamente distinta.
Si ella me decía que la situación ya no daba, me iba a alejar definitivamente y ahí sí que no iba a insistir más. Lo cual me costaría un montón, pero no podría hacer otra cosa que aceptarlo y empezar a encarar para otro lado.
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