capítulo 27.

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6 de Febrero de 2017.

Antonella

No tenía muchas ganas de levantarme, pero no me quedaba otra porque tenía una reunión en Ideas. Una reunión que no tenía idea de como podía llegar a salir porque no iba para arreglar definitivamente mi contrato, como habíamos quedado, sino para decirles que finalmente no participaría.

Fui al baño y me miré en el espejo.

Mi aspecto era terrible.

Ayer se fue Agustina y nos lloramos todo. Verla irse fue un bajón, pero estaba contenta porque sabía que allá iba a estar mejor que nunca.

Me puse unos parches en los ojos para deshincharlos y me apliqué lo mínimo e indispensable, recomendado por la dermatóloga, para limpiarme la cara. 

Como me había bañado a la madrugada, solo tenía que cambiarme.

Desayuné algo rápido y traté de no hacer mucho ruido porque Camila seguía durmiendo.

Agarré el celular, las llaves y algo de plata por las dudas.

[...]

Llegué a la productora, saludé al personal de trabajo que se encontraba ahí y me metí en el ascensor.

Apenas salí, vi al Chato y a Hoppe hablando con otras personas mientras me esperaban en la puerta de una de las oficinas.

—¡Hola! —los saludé.

—Hola, Anto. —me saludó Prada. —Bueno, seguimos hablando después.. —miró a uno de los chicos.

Entramos los tres y nos sentamos.

—¿Cómo andas, todo bien? —preguntó Fede.

—Sí.. antes que nada, quiero decirles algo.

Asintieron y me dieron el espacio.

—Perdón por decirles tan cerca de la fecha, pero no.. —negué. —No voy a estar en el Bailando. Me voy a Italia.

—Uy, no me digas. —se lamentó el Chato. —¿Pero está todo bien?

—Sí, está todo perfecto. El tema viene por otro lado.. —sonreí.

—¿Se puede preguntar? —sonrió él también.

Creo que se dio cuenta por donde venía la mano. Y sí, más obvia yo.

—¿Un jugador que ande por ahí, puede ser?

—¿Se me nota mucho?

No llegó a contestar porque en ese momento entró Marcelo.

—¡Anto! —me saludó y se sentó con nosotros. —¿Cómo va?

—Todo bien, pero tengo que decirte una cosita.

—¿Qué pasó? —nos miró.

—No voy a estar este año en el Bailando.

—¡Naaaaaa! ¿Por qué?

—Me voy a Italia.

—Mmm, creo que ya entendí. —se rio. —¿Es por alguien?

—Sí.

—Es una pena realmente, pero bueno.

—¡Ah! Y otra cosa, ¿esto puede quedar entre nosotros? Sé que es probable que se sepa, pero por ahora me gustaría que no.

—Quedate tranquila que de acá no sale. —dijo Hoppe.

[...]

Volví al departamento y estaba todo justo como lo dejé, lo que me indicó que mi hermana seguía durmiendo.

Irresponsables | Paulo Dybala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora