Cynthia Spring, es como cualquier mujer de Nueva York. Poco tiempo libre, pocas relaciones sociales y mucho trabajo. El único amigo que aún sigue a su lado desde su infancia es Stephen Strange, un neurocirujano muy reconocido pero increíblemente arr...
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La puerta del santuario de Londres se abrió, pudo ver a un monje correr hacía la puerta pero alguien lanzó una daga que impactó en su espalda justo cuando cruzó. Cynthia permaneció en shock, tapando su boca con su mano. Era la primera vez que veía a alguien ser asesinado delante de ella. Fue tan rápido e inesperado.
-¡Kaecilius no! -gritó Mordo.
El hombre que había en el interior del santuario y que observaba en ese momento, era Kaecilius.
En muchas películas o series suelen mostrar al malvado de la historia como alguien horrible, alguien que solo con mirarlo puedes notar su maldad. Pero Kaecilius se veía normal. Un hombre de cabello castaño, y ojos claros. Tenía una sombra oscura alrededor de sus ojos. Pero no podía ver mas por la distancia.
Todo paso demasiado rápido pero aún así, ella podría haber jurado ver el dolor en su mirada. Algo atormentaba a Kaecilius, un dolor que ella conocía muy bien. El dolor de la pérdida.
Kaecilius estalló una bola de energía en el santuario de Londres. Este acabo destruido; y el polvo, el humo y los escombros junto a la energía del impactó, llegó hasta ellos.
Cynthia sintió la onda del impacto que la hizo retroceder varios metros, hasta golpearse la espalda contra algo de cristal. Ella gruñó dolorida. Había caído encima de varias vitrinas de cristal, y algunos de estos trozos se habían clavado en su piel. Su sangre manchaba el suelo pero no de una manera preocupante.
Apoyo sus manos en el suelo y tocó lo que le pareció como un bastón. Era metálico o así lo sintió al tocarlo; frío y duro. Tenía forma de serpiente. El bastón serpenteaba hasta la cabeza, donde tenía dos ojos negros y la boca cerrada.
-¿Te encuentras bien? -preguntó Wong, extendió su mano para ayudarla a levantarse.
-He estado mejor. -ella tosió un poco.- ¿Dónde estamos?
-En el santuario de Hong Kong.
Ella se incorporó hasta quedar de pie. Mordo se sacudía la ropa, y ella miró a su alrededor. Faltaba alguien.
-¿Dónde está Stephen?
Ella intento visualizar donde se encontraban cada uno en la biblioteca, de ese modo podía averiguar donde había caído Stephen. Mordo y Wong se miraron, aquello provocó que la tensión en el cuerpo de Cynthia creciera. ¿Estaba herido?
-Esta en el santuario de Nueva York... solo... -Mordo fue el único en hablar.
Cynthia sentía que todo el color se iba de su rostro hasta quedar pálida. Stephen estaba solo, en un santuario dónde podrían atacar aquellos fanáticos locos. Por muy habilidoso que fuera lo superaban en numero.
-Tenemos que ir allí. No podemos dejarlo solo con esos locos. ¿Dónde está el santuario?
-Tenemos que... -intervinó Mordo. Su idea era avisar a más hechiceros antes de acudir a Nueva York pero para entonces probablemente ya era demasiado tarde.
