19. El secuestro

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Muchas cosas habían cambiado después de aquella confesión. Cynthia se sintió más ligera, como si un enorme peso en su espalda hubiera sido liberado. Ahora tan solo quedaba lo más importante: cambiar. Una parte de ella comenzaba a darse cuenta de que no tenía la culpa. Pero años culpabilizandose no iban a cambiar de la noche a la mañana. Al menos darse cuenta de esto, ya era en sí un cambio.

William estaba en la cocina, "cocinando".  Ella generalmente usaban una fuente de energía única para sus hechizos que era la suya. Como si fuera una batería andante. Pero realmente los hechiceros no eran así, ellos usaban distintas fuentes de energía de seres cósmicos y con el tiempo debían pagar el precio. Dicho precio era que su interior cambiaba sobre todo el estómago. Para obtener energía ya no les bastaba comer comida humana, sino que debía alimentarse de seres mágicos para recargarse.

William y David, eran hechiceros y por tanto necesitaban recargarse cada cierto tiempo. A Cynthia le encantaba mirar como William cocinaba porque veía seres que no había visto antes y eso la impresionaba. También agradecía que su interior fuese todavía humano por qué hacían platos que no se veía muy apetitosos y olían mal.

-¿Nunca has pensado en ser maestro del santuario? -preguntó Cynthia mientras observaba a William cocinar. 

Este se quedó quieto momentáneamente, pero no se giró. Parecía pensarlo seriamente. 

-No lo he pensado... para cualquiera sería un honor encargarse de un santuario... 

-¿Pero que opinas tú? -insistió ella con interés.

Él se giró, ahora sí, para mirarla. 

-¿Por qué esta insistencia? ¿Acaso quiere abandonar el santuario? 

Cynthia desvió la mirada, apoyo su cabeza en sus manos, sobre la mesa de la cocina mientras lo miraba. 

-No lo sé... la responsabilidad a veces me abruma y otras,... me encanta.  Pero no has respondido a mi pregunta. -insistió

Él suspiro y dejó lo que estaba haciendo para girarse y mirarla. 

-Me veo capacitado para llevar el santuario, pero quiero ganarme el derecho. -dijo William. Ella sonrió. Aquella respuesta era lo que esperaba escuchar.- Pero no me gustaría que dejase su labor de maestra. Puede que haya momentos muy duros y que se vea desbordada pero, me he dado cuenta que cada nuevo reto, cada problema le hace brillar los ojos. La motiva a dar lo mejor de sí misma y ese espíritu en hechiceros, lo he visto muy poco. 

Cynthia abrió su boca ligeramente, cuando se dio cuenta del gesto la cerró, no supo qué decir y el silencio se alargo. Habían sido unas palabra muy bonitas para venir de William.

-Espero que cuando me tome unas vacaciones pueda contar contigo. -intentó bromear para aligerar el ambiente. 

William levantó las comisuras de sus labios ligeramente y se giró para volver a la cocina. Cynthia aprovechó que no miraba para sonreír.

Una mujer llamo a la puerta del santuario sobresaltándola. La mujer tenía el cabello pelirrojo y la piel blanca, tenía los ojos avellana humedecidos. David abrió la puerta e invitó a la mujer a pasar.

La mujer se veía visiblemente alterada no solo por las lágrimas contenidas, como de haber llorado o estar a punto de llorar sino que sus manos temblaban y miraba nerviosamente a su alrededor.

Cynthia se acercó a ella con una sonrisa amable.

-Bienvenida al santuario ¿en qué puedo ayudarte?

David no se alejó del todo, se quedó observando a cierta distancia.

-Mi hija ha sido secuestrada, necesito su ayuda.

Love in dark times (Doctor Stephen Strange x oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora