Cynthia Spring, es como cualquier mujer de Nueva York. Poco tiempo libre, pocas relaciones sociales y mucho trabajo. El único amigo que aún sigue a su lado desde su infancia es Stephen Strange, un neurocirujano muy reconocido pero increíblemente arr...
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Cynthia se encontraba atada, inmovilizada sobre el lomo de un caballo negro. Un demonio estaba sentado en su lomo cabalgando por el cielo. Pesadilla la había llevado a un mundo horrible, una dimensión del sueño, de pesadilla. Todo era un enorme vacío dónde enormes rocas flotaban, y seres horribles observaban. Vio un ojo enorme con alas que parecía vigilar aquel mundo y no había solo uno. También vio seres parecidos a serpientes que se movían como si flotaran; arañas gigantes o algo similar, que unía aquellas rocas flotantes para hacer algo que se asemejaba a un nido de seda.
Sabía que Stephen los seguía, pero no conseguía verlo y por un momento pensó que se había perdido. Intento deshacerse de las ataduras, pero era imposible, como si no tuviera magia. Pesadilla la dejó encerrada en una cúpula de cristal, a su lado había otras cúpulas de cristal, donde había dos mujeres y un hombre. Los tres miraban al demonio asustados.
-Si la quieres de vuelta ven a buscarla. -dijo Pesadilla
Stephen voló hasta ellos, pero no se apoyó en la roca donde estaban sino que se enzarzo en una lucha contra el demonio. Cynthia solo podía observar y la sensación de impotencia que sentía no le gustaba. Intentó romper el cristal con sus puños, pero no pudo. Se quedó agachada en el suelo agarrando su cabeza con las manos. ¿Qué podía hacer? Piensa Cynthia, piensa.
Ella escuchaba la pelea, escuchaba los golpes, el sonido de la magia, escuchaba como el cuerpo de Strephen era lanzado hacía las rocas. ¿Y si él moría? No. No podía dejarse llevar por el miedo. Sí, había perdido a su mejor amiga, había cometido un error que siempre lamentaría, pero eso la había hecho ser mejor persona. La había convertido en lo que era ahora, una mujer que ayudaría a cualquiera que la necesitase.
Cynthia respiró y expulsó el aire con calma. A pesar del fracaso lo siguió intentando. Se levantó y siguió golpeando el cristal. Stephen lanzaba hechizos pero no parecían afectar a Pesadilla, los desviaba con mucha facilidad.
-No puedes matarme.
-Esa no es mi intención.
Él siguió atacando, aunque fue golpeado por las rocas. Sabía que estaba en desventaja, pero si lo cansaba lo suficiente quizá podría rescatarlos. No. No se iba a conformar con un podría. Los sacaría de allí a todos.
El plan de Stephen funcionó a medias. Pesadilla no está cansado pero sí distraído. Cynthia recupero su magia y sintió como sus puños se iluminaban de un blanco intenso. Sonrió para sí misma y golpeó el cristal. Sus manos le dolían, sus nudillos se agrietaban y sangraban, pero ella siguió golpeando el cristal, este se agrieto hasta hacer un agujero.
Stephen siguió luchando ajeno a lo que ocurría, pero cuando se dio cuenta que Cynthia casi había salido, paso al plan b. Pesadilla estaba de espaldas a las cúpulas por lo que no veía a Cynthia salir. Ella salió de la cúpula con las manos ensangrentadas pero no sé rindió, se giró hacia la chica a su lado.
