Cynthia Spring, es como cualquier mujer de Nueva York. Poco tiempo libre, pocas relaciones sociales y mucho trabajo. El único amigo que aún sigue a su lado desde su infancia es Stephen Strange, un neurocirujano muy reconocido pero increíblemente arr...
¿Y si el vigilante decidiera intervenir después de ver como Ultrón conseguía las gemas? ¿Estará el multiverso protegido de esta nueva amenaza?
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Cynthia luchaba contra una criatura gigantesca en el espacio. Tenía un ojo enorme y varios tentáculos a su alrededor que se dirigían hacía ella para atraparla. Por sí aquello fuese poco, herirlo era imposible y poseía una magia o energía cósmica muy poderosa.
Cynthia sentía el sudor en su frente. Aquel ser era muy poderoso y sabía que no podía destruirlo o matarlo así que su único plan era enviarlo lejos de la Tierra, justo al espacio, lo que ella no planeo fue que aquella cosa la arrastraría consigo. Eso la dejo en aquel planeta desértico, con aquella entidad.
Shuma Gorath, lanzó una bola de energía, ella lo esquivó con facilidad. Lanzó una sierra gigante hacía la entidad, está emitió un rugido de dolor.
Estaba por dar el siguiente golpe cuando sintió que algo la agarraba. Un ser gigante, cósmico, la observaba.
-Cynthia Spring, has sido elegida.
Ella observo como un ser humanoide la sostenía en su mano gigante. Sus ojos eran como dos faros iluminados y carecía de pelo. Llevaban una ropa que parecía una túnica extraña.
-¿Qué? -estaba confusa.
El vigilante, no le dio tiempo a contestar, la teletransporto hasta lo que parecía ser un bar. Cynthia se quedó quieta, confusa, mirando a su alrededor. El bar no le sonaba de nada pero se veía un poco antiguo y a la vez acogedor. Había más personas en el lugar, algunas las reconoció aunque no se veían cómo ella recordaba. Algunos le dirigieron miradas confusas. Al parecer no era la única que se sentía así.
-Me resulta familiar este sitio. -mencionó la capitana Carter. Llevaba un traje como el del capitán América, sabía quién era ella por el Steve Rogers de su universo.
-Lo del bar ha sido idea mía, espero... -Strange no terminó la frase, en cuanto se dio la vuelta, su mirada se quedó en ella. Cynthia, le devolvió la mirada un poco sorprendida.
Stephen Strange estaba delante de ella, pero no era el Strange que conocía. Este también era hechicero y a juzgar por su apariencia, su camino se había desviado un poco. Se veía cansado, y sus ojos habían perdido su brillo, parecía llenos de dolor y tristeza, bajo sus ojos había sombras oscuras que le daban un aspecto descuidado y cansado. Pero en ese momento, al mirarla había un brillo en su mirada que Cynthia no supo descifrar. Quizás él estaba igual de sorprendido que ella.
Aquel Strange había tenido una vida parecida a la suya. Se había enamorado de la Cynthia de su universo, tenía una relación con ella pero un accidente se la habían arrebatado. La diferencia es que él buscó viajar al pasado para que ella nunca muriese y aquello no solo estaba prohibido sino que era casi imposible. Tuvo que consumir cientos de demonios, miles, hasta que tuvo el poder suficiente para cambiar el pasado. Eso provocó que su propio universo acabase destruido, reducido a la nada, al vació más absoluto.
