Cynthia Spring, es como cualquier mujer de Nueva York. Poco tiempo libre, pocas relaciones sociales y mucho trabajo. El único amigo que aún sigue a su lado desde su infancia es Stephen Strange, un neurocirujano muy reconocido pero increíblemente arr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Sus manos temblaban, era un temblor incontrolable. Tenía los ojos cerrados, seguía sentada en aquel suelo árido. Escuchaba a Nébula hablar pero no llegaba a oír lo que decía. Tony Stark seguía sentado con las manos en su rostro. Probablemente aquello era el fracaso más grande de sus vidas.
Cynthia había dejado de llorar, pero seguía con los ojos húmedos. Cuando abrió los ojos veía borroso, se brotó un poco con el dorso de la mano, no sabía cuantas horas habían pasado o si habría sido un día entero. Su estomago le dolía de hambre, ya no sentía la adrenalina en su cuerpo, ahora solo sentía únicamente cansancio, dolor y vació. Su cuerpo se relajó tanto que se sentía pesado y la herida que la había atravesado dolía, ardía.
-Debemos ir a la nave. -dijo Nébula, ella estaba de pie. Miraba a Stark y a Cynthia alternativamente, esperando movimiento por su parte. Su rostro estaba serio, neutral, sin emoción alguna.- Aquí no queda nada, morirán... deben volver a su planeta.
Era la única que insistía en que debían salir del planeta, la única lo suficientemente cuerda para guiar al resto. Quizá estaba acostumbrada al fracaso, al dolor y a perderlo todo, pero la hechicera no podía pensar en los demás, no podía pensar en nada. Las últimas palabras del que había sido el amor de su vida, se repetían en un bucle en su cabeza. Él la amó, igual que ella, los dos compartían los mismos sentimientos y no podía pensar en otra cosa que no fuese porque no lo habían hablado antes... ¿Por qué no pudo ver todo lo que iba a ocurrir antes? Ahora comenzaba a sentir de nuevo la culpa, esa sensación horrible de poder hacer más y no haberlo hecho.
Tony Stark se levantó primero, arrastró sus pies hasta ella y se dejó caer de rodillas ante ella. Él tenía los ojos húmedos cuando la miró, pero Cynthia debía tener un aspecto más desolado. La mano de Stark se estiró hacia su herida, despacio. No dijo nada, él no tenía palabras de consuelo. Ella no lo miró, no quería ver sus ojos, pero cuando sintió el frió en su herida alzó los ojos. Él estaba sellando su herida para que no se desangrarse.
Tony se levantó y estiro la mano para ayudarla a levantarse. Cynthia se levantó del suelo sin ayuda, no quería tocar a nadie, su movimiento fue seguido por Nébula y Tony, sus manos se movieron en el aire intentando crear un portal. No fue sencillo, entre el temblor de manos y su estado emocional fue muy complicado, pero lo hizo.
El portal blanco brillante se abrió, Nébula y Tony traspasaron el portal y ella los siguió. Cuando estuvieron en Nueva York simplemente siguió su camino. No se despidió de ellos, no habló, no encontraba palabras. Solo pensó en llegar al santuario.
Caminaba torpemente, todavía tenía la herida perforando su cuerpo. Las lágrimas caían silenciosas por sus mejillas. El paisaje era desolador y le recordaba lo que había perdido. Los coches habían chocado, algunos entre ellos, otros en otro tipo de obstáculo. Las personas que se encontraban en la calle miraban a su alrededor. Confusión, tristeza, furia, miedo. Había todo tipo de emociones. Los supervivientes que había en la calle no entendía que ocurría, por qué la gente simplemente desaparecía. El suelo por el que caminaba estaba lleno de polvo...
