Cynthia Spring, es como cualquier mujer de Nueva York. Poco tiempo libre, pocas relaciones sociales y mucho trabajo. El único amigo que aún sigue a su lado desde su infancia es Stephen Strange, un neurocirujano muy reconocido pero increíblemente arr...
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Cynthia recibió la visita de Tony, traía una bandeja con comida. Ella se incorporó en la cama, estaba cansada de estar tumbada, sentía su cuerpo mejor aunque no estuviera totalmente recuperada. Había perdido demasiada sangre y su pierna seguía herida. A pesar de toda la tecnología, habían conseguido cerrar la herida pero no pudieron reparar algunos nervios. Esto suponía que probablemente tendría un daño permanente en la pierna, pero Cynthia lo aceptaba.
-¿Cómo te sientes? -preguntó Tony al entrar.
-Mejor.
Tony alzó una ceja, dejó la bandeja en la mesita que había al lado de la cama. En realidad era cierto, de no ser por la armadura que llevaba hubiera sido peor, ella lo sabía y se sentía agradecida por ello. Pero Tony noto algo diferente en su rostro, como si ella estuviera más triste y desanimada a pesar de que había conseguido lo que tanto había deseado.
-Si claro... No se te ve muy bien... -dijo Tony mirándola fijamente.- ¿Has hablado con el mago? -él supuso que su cambio de humor se debía a ese hechicero.
Ella asintió. Intentó por todos los medios que no se notase en su rostro la incomodidad y la tristeza, pero él lo vio, él se había dado cuenta.
-Parece que no ha ido bien... ¿Quieres...?
-Lo sabe. -interrumpió ella- Él vio el futuro, vio todo lo que ha pasado durante estos cinco años... No puedo evitar pensar ... ¿De verdad no había otra manera?
Stephen había visto lo mucho que había sufrido los primeros años con su desaparición y aún así, decidió que el futuro, incluso aunque había visto como su relación con Tony evolucionaba y muy probablemente lo hubiera elegido ... Stephen en un instante había decidido sacrificar su amor por ella, ese amor que acababa de confesar, por salvar al universo. Su mente era un caos, no sabía que pensar, que hacer o que sentir. Una parte de ella sabía que era lo correcto no podía ser tan egoísta como para sacrificar al mundo o peor al universo solo por ella, pero al mismo tiempo le dolía la facilidad o la rapidez con la que había tomado la decisión...
Tony se sentó en una silla a su lado, se cruzó de brazos y por su mirada parecía pensativo. Esas preguntas no eran sencillas, no era él más idóneo para contestarlas pero lo intentó.
-Por mucho que quieras negarlo ese mago es muy importante en tu vida. Aunque no me guste... Pienso que si no lo hubieras perdido y no hubieses sufrido, no te habrías sentido tan motivada, ni hubieras sentido esa esperanza para traerlo de vuelta.
Ella pensó sus palabras... tenían sentido, pero le parecía muy cruel. Había utilizado el amor que ella sentía por él para salvar al universo. Si ella no lo hubiese amado como lo hacía, quizás no se hubiese esforzado tanto...
Ahora que Stephen se encontraba vivo sentía su corazón dividido incapaz de hacer una elección.
-Pero ahora no es momento de pensar en eso. -añadió Tony- Hemos conseguido traer a todos de vuelta, y hemos vencido a Thanos, ahora por fin, tenemos tranquilidad. Debes descansar y recuperarte.
