Cynthia Spring, es como cualquier mujer de Nueva York. Poco tiempo libre, pocas relaciones sociales y mucho trabajo. El único amigo que aún sigue a su lado desde su infancia es Stephen Strange, un neurocirujano muy reconocido pero increíblemente arr...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tiempo, espacio, realidad. No es una línea recta. Es un prisma de infinitas posibilidades, en el que una sola decisión puede ramificarse en infinitas realidades, creando mundos alternativos a los que ya conoces. Soy el vigilante. Soy el que os guiará a través de estas nuevas realidades. Seguidme y haceros la pregunta: ¿Qué pasaría sí...?
Ya hemos visto como un instante, una decisión, puede expandirse en el espacio y el tiempo, dando lugar a nuevas historias, héroes y universos enteros. Pero ¿y si esa fuera la decisión equivocada? ¿Y si la mejor de las intenciones tuviera extrañas consecuencias?
Strange paró el coche y abrió la puerta mientras se colocaba bien el traje. La puerta se abrió justo cuando Cynthia salía de su piso, llevaba aquel vestido verde que le sentaba tan bien. Ella sonrió al verle.
-Buenas noches, ¿qué guapo vienes?
-¿Esto? Es lo primero que he visto en el armario. Pero tu estas realmente deslumbrante.
-Solo voy por la comida. -bromeó- Me prometiste tarta de queso.
Él soltó una leve risa.
-Creo que podemos aspirar a algo mejor esta noche. -murmuró él, ella alzó una ceja divertida.
Ella se sentó en el asiento del copiloto, él en el lado del conductor. Condujo mientras salían de la ciudad. Ella se dio cuenta y lo miró sospechosamente.
-Venga, dímelo. -suplico Cynthia.- ¿Donde vamos a ir a cenar? Tanto misterio me tiene nerviosa.
-Es una sorpresa. -a Strange le divertía sus reacciones.
-Debe ser elegante si me has dicho que me ponga este vestido.
-Puede ser simplemente que me quiera alegrar la vista.
Ella rodó los ojos.
El coche se quedó detrás de un camión, Strange iba a adelantar pero al cambiarse al otro carril un coche venía de frente. Los faros del coche los sorprendieron y Cynthia se agarró al asiento con fuerza.
-¡Stephen! -gritó ella asustada.
Él se sorprendió, pero tuvo buenos reflejos y consiguió retroceder y colocarse detrás del camión.
-Ya esta tranquila. -dijo Strange colocando su mano en el hombro de ella.
Cynthia respiró agitada, intentó calmar su corazón acelerado y las caricias en su hombro ayudaban. Ninguno imagino que detrás de ellos un coche perdía el control y los golpeaba. El coche rodó y cayó por la ladera dando varias vueltas hasta llegar al suelo. Stephen había cerrado los ojos, había esperado salir heridos, pero a pesar del golpe. No creía que fuera grave.
Cuando abrió los ojos, miró a su lado, Cynthia llevaba el cinturón pero parecía dormida. Estaba inconsciente y por su frente había un hilo de sangre.
