Prólogo

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Muchas fueron las veces que por las noches Rosalie no podía conciliar el sueño, sabía perfectamente que no era como sus hermanos, puede que tuviera el cabello pelirrojo y los ojos en un tono azul claro, pero no tenía pecas que cubrieran su rostro y en comparación con su hermano Ronald, que era demasiado alto para su edad, ella se había quedado un poco pequeña . Pero dejando de lado las diferencias físicas  a ella no le apasionaba el quidditch, es más, ni siquiera sabía montar una escoba, cuando sus hermanos mayores se ofrecieron a enseñarlos a jugar, ella no mostró ni el más mínimo interés en aprender. Amaba leer y a veces podía pasar días encerrada en una lectura. Odiaba admitirlo pero sabía que era más astuta que sus hermanos, los cuales muchas veces se habían metido en problemas solo por su impulsividad, y eso no solo ella lo pensaba, aún recordaba las palabras de Fred el dia que su madre los castigo por fugarse de casa:

"...A veces pienso que podrías quedar en Slytherin..."

Y justamente esas palabras la mantuvieron en vela toda la noche, las recordaba como si se las hubiera dicho ayer, pero de eso hacía ya 1 año, nunca le había dado importancia, pero esta vez era diferente, a solo horas de iniciar su primer año en Hogwarts las dudas asaltaban a su mente, el miedo de decepcionar a su familia, pero sobretodo a Ron, la conexión que ambos compartían era inquebrantable, en lo más profundo de su corazón estaba convencida que su mellizo no la abandonaría ni la juzgaría por no cumplir las expectativas o eso es lo que quería creer.

                               ●●●

La voz de mi madre me sacó de mis pensamientos, la vi entrar por la puerta mientras nos decía que nos levantáramos y bajáramos a desayunar.

Sin demorarme mucho me levanté de la cama y tomé algo de ropa y me dirigí al baño, cuando estaba apunto de tocar la puerta vi como esta se abría dejandome ver a un chico pelirrojo al que identifico como mi hermano Percy, el cual salía con su ropa y cabello meticulosamente arreglados, al verme me dedicó una gran sonrisa, él no era de demostraciones de afecto por eso una sonrisa era la muestra de cariño más sincera que podías recibir de él. Sin perder más tiempo entré al baño y me di una ducha, me vesti y peiné lo mejor posible, odiaba mi cabello, en las mañanas siempre estaba enmarañado y necesitaba de grandes esfuerzos para hacer que cayera en perfectos bucles por mis hombros, pero al final siempre lo lograba.

Cuando regresé a mi habitación mi hermana menor, Ginny, ya se había levantado y estaba vistiéndose, mi cuarto lo compartiamos ya que éramos las unicas chicas entre los 8 hijos que habian tenido nuestros padres, juntas bajamos las escaleras hasta llegar a la cocina y tomar asiento a la mesa, mi madre se encontraba poniendo el desayuno en el momento que siento como alguien desordenaba mi cabello y miro a la persona responsable de haber conseguido aruinar mi arduo trabajo frente al espejo, George me miraba con una sonrisa burlona, mientras tomaba asiento frente a mi entre Fred y Percy, era asombroso el parecido entre Fred y George, bueno por algo eran gemelos, pero estaba segura que si no es porque los conocía desde que nací yo no sabría disferenciarlos.

- ¿Como estan los nervios?- me pregunto Percy

- Bastante bien la verdad- le mentí, mentir no se me daba bien, por eso estoy muy segura de que no me creyó, pero le agradezco que no haya comentado nada

- Vaya, la casa Griffindor debe sentirse afortunada de recibir dos nuevos integrantes hoy- dijo papá cuando mi hermano Ron tomaba asiento a mi lado

El desayuno transcurrió en tranquilidad, cuando acabé, subí a terminar de empacar mi baul asegurandome de no olvidar nada, a las 10:40 nos reunimos todos frente a la chimenea despidiendonos de nuestro padre, el trabaja en el Ministerio de Magia, en el Departamento de Uso Indebido de Objetos Muggles, y por su trabajo le sería imposible acompañarnos

Traidora (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora