Capítulo 35

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Las navidades en casa fueron como las recordaba antes de entrar a Hogwarts: mamá haciendo galletas de nueces con chocolate, los gemelos haciendo alguna de sus locuras (este año habían puesto a un gnomo, que había mordido a Fred en el tobillo, a modo de ángel en el árbol de Navidad), Ginny y yo decorando el salón (tan emocionada estaba por volver a hacerlo, que creo que nos pasamos un poco con las cadenetas), escuchamos las canciones de Celestina Warbeck, la cantante favorita de mamá y la tradicional partida de naipes explosivos o ajedrez mágico.

Poco después de Año Nuevo, estábamos en fila junto a la chimenea de la cocina para regresar a Hogwarts. El ministerio había organizado esa conexión excepcional a la Red Flu para que los estudiantes pudiéramos volver de manera rápida y segura al colegio.

Mamá era la única que estaba para despedirnos; papá, los gemelos, Bill y Fleur ya se habían marchado al trabajo. Ella estaba hecha un mar de lágrimas, últimamente estaba muy sensible, seguro tiene que ver con la visita de Percy en el día de Navidad, no le había dedicado palabras bonitas a mamá, y en algunas cosas tenía razón, pero aun así se ha pasado.

Aunque yo no puedo opinar mucho sobre esto, yo les mentía descaradamente a la cara, y despertaba cada día con el miedo que Harry les contara todo lo que sabía. Sinceramente, no entiendo a que está esperando para contarles todo, ocasiones le han sobrado, quizás su intención no es hacernos daño.

- No llores, mamá – la consoló Ginny, y le dio palmaditas en la espalda, mientras mamá lloraba en su hombro – No pasa nada...

- Sí, no te preocupes por nosotros – agregó mi mellizo y permitió que mamá le plantara un beso en la mejilla – ni por Percy, es un imbécil

Le di un codazo, decir eso no era necesario.

- Prométeme que tendrás cuidado... y que no te meterás en líos – le dijo a Harry después de abrazarlo

- Pero si yo nunca me meto en líos, señora Weasley. Usted ya me conoce, me gusta la tranquilidad...

- Si, como no – susurré para mí misma

Mamá soltó una risita llorosa y se acercó a mí.

- Pórtate bien – dijo acariciando mi mejilla – Nos veremos en verano

Me metí en las llamas verde esmeralda y grité: "A Hogwarts"

Tuve una última visión de la cocina y del lloroso rostro de mamá antes de que las llamas me tragaran. Giraba vertiginosamente sobre mí misma, hasta que empezó a reducir la velocidad y finalmente se detuvo en seco en la chimenea del despacho del profesor Snape.

•••

El segundo trimestre empezó sin muchos cambios.

Las clases de Pociones, que antes eran mis favoritas, cada vez eran más insoportables.

No entiendo como Harry podía ser ten bueno, si siempre ha tenido el cerebro del tamaño de una nuez en lo que a la elaboración de pociones se trata. Y se pasaba toda la clase presumiendo.

Solamente el inicio de las clases de Aparición para los alumnos de sexto año era novedad.

Al llegar a febrero la nieve se fundió en los alrededores del colegio, pero la sustituyó un tiempo frío y lluvioso muy desalentador. Había unas nubes de color entre gris y morado suspendidas sobre el castillo, y una constante lluvia convertía los jardines en un lugar fangoso y resbaladizo. A consecuencia de las condiciones climáticas, las primeras clases de Apariciones de los alumnos de sexto, programada para un sábado por la mañana a fin que nadie se perdiera ninguna clase ordinaria, no se celebró en los jardines sino en el Gran Comedor.

Traidora (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora