Capítulo 59

10.7K 807 69
                                    

Hacer un viaje por el mundo es un sueño de muchos y una realidad para mí, lo que hace unos años me parecía imposible ahora me parece algo relativamente sencillo.

La verdad nunca me imaginé algo así, en las noches en que pensaba y planeaba este viaje, nunca imaginé estar rodeada de tanto lujo, pero claro, Draco podía aceptar mezclarse entre los muggles, pero no abandonar las comodidades, y no era algo que me molestara, según sus propias palabras: "si tenemos la riqueza para permitírnoslo, ¿por qué no hacerlo?"

Aunque no todo es color de rosa, como todo en esta vida, los viajes tienes sus cosas buenas y sus cosas malas, desde hace meses no vemos a nuestros amigos, pero si haya lago bueno es que nos dio la oportunidad de poder salir de nuestra zona de confort y aventurarnos a conocer gentes, culturas y paisajes muy diferentes a los que conocíamos.

Siempre había escuchado que Bill y Charlie nos decían que viajar te cambia, y aunque pensaba que era un simple cliché, pero la verdad es que ha sido un antes y un después en mi vida.

- Quita esa cara Draco – sonreí burlona – Ya estabas tardando en probarlo

- ¿Por qué quieres que haga esto? – preguntó observando con desconfianza la tasa humeante que estaba sobre la mesa

- Draco... no es una poción asquerosa, solo es una bebida... los muggles la llaman café – reí – Y la beben todo el tiempo, en todas partes del mundo, nadie se ha muerto por tomarse una tasa

Si alguien había cambiado durante este tiempo, ese era Draco, aunque se resista a aceptarlo, había descubierto que sus creencias sobre los muggles era erróneas, y disfrutaba incluso más que yo, visitar los distintos establecimientos no mágicos: playas, parques de diversiones, restaurantes, hoteles, museos, barcos. No se puede decir que Draco haya escatimado en los gastos.

- De tantos sitios románticos que hay en las guías de esta ciudad, ¿Qué hacemos en una cafetería? – dijo luego de beber un poco de café

- Es pintoresca... estas calles son tan antiguas que me recuerdan al Callejón Diagon

- Y a no tendrás que extrañarlo... esta es nuestra última parada antes de volver a casa – dijo como si la idea le desanimara

Y lo comprendía, Draco se había sentido muy a gusto todos estos meses, nadie lo conocía, podía caminar por las calles y nadie murmuraría al verlo pasar, ni señalaría esa marca en el brazo con horror... la marca, sé que en cuanto regresemos todos los avances que ha logrado quedaran ensombrecidos, me había costado mucho tiempo lograr que abandonara esos trajes negros y que pusiera algo de color a su ropa, más aun que se pusiera camisas de manga corta, a fin de cuentas los muggles solo pensaban que era un chico con un tatuaje en su brazo, cosa bastante normal entre los jóvenes de su mundo... pero no sería igual en el mundo mágico.

- Vamos – dijo levantándose y ofreciéndome su mano

- Draco, podemos quedarnos más tiempo – dije haciendo un puchero

- Por Merlín, Rose... estamos en París, el resto de chicas estarían locas por recorrer la ciudad y tu solo quieres pasarte el día sentada tomando un café...

- Es que es delicioso...

- Es increíble que después de los montes en los que me has metido no quieras recorrer una verdadera ciudad...

- No te hagas, disfrutaste esos "montes" más que yo – respondí pasando por su lado jalando su camisa blanca

- No es cierto

- Oh sí lo es – contesté sonriendo, amaba llevarle la contraria, era fascinante ver sus expresiones, como si fuera un niño al que le niegan un juguete nuevo

Traidora (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora