- Draco, no vayas hoy - dije soñolienta sin abrir los ojos cuando lo sentí moverse a mi lado, y lo abracé por la espalda colocando mi mejilla contra su hombro - Quédate conmigo
Era una fría mañana de febrero, no quería hacer otra cosa que quedarme en la cama. La claridad ya se reflejaba incluso a través de la cortina blanca de la ventana.
- Lo siento - murmuró volteándose hacia mi acariciando con una de sus manos mi mejilla - Tengo que ir al Ministerio a resolver un problema, prometo regresar temprano
- No me convence - dije haciendo un puchero
El sonrió y se acercó aún más para comenzar a dejar besos en mi cuello.
- Volveré, sabes que... - susurró en mi oído pero abrió los ojos y notó que no estábamos solos. Casi olvidaba que mi pequeño rubio dormía a mi lado - No puede ser, otra vez
- ¿Qué? - lo miré confundida pero no contestó
Ágilmente se levantó y rodeó la cama para, con delicadeza, tomar al niño aún dormido y salir de la habitación, lo llevaría a su cuarto. Lo único que faltaba es que despertara y quisiera jugar a las 7 de la mañana, y después hacer un berrinche porque su padre no podría quedarse a jugara con él.
- Ya habíamos hablado de esto - dijo cuando regresó a la habitación - Tiene que aprender a dormir en su habitación, lo estás malcriando Rose
- Tuvo una pesadilla, vino en la madrugada, no seas duro con él
Draco no era un mal padre, ni tampoco era estricto, solo que estaba empecinado en corregir todos los errores que sus padres cometieron con él, uno de ellos era no malcriar a Scorp y no consentirlo en exceso.
- Lo sé, pero ya se le está haciendo costumbre, y sabe que puede manipularte con solo una sonrisa... - se recostó en la cama junto a mí - Solo asegúrate de ser un poco más fuerte con él - murmuró acomodándome sobre su cuerpo - Ahora piensa en cómo puedes recompensarme...
Y al final lo conseguí... Draco se fue a media mañana, solo cuando Scorpius despertó...
•••
Han pasado muchas cosas en estos años pero el dolor sigue ahí, nunca nos abandona, eso es lo que tienen las pérdidas. Mucho ha llovido desde la primera vez que estuve aquí, su tumba estaba llena de sus flores favoritas. Hoy sería su cumpleaños número 29.
- Pues no han pasado muchas cosas en este último año, todo ha estado bastante tranquilo - Estaba arrodillada frente a su lápida - lo cual es inusual teniendo en cuenta que Scorpius es muy travieso, y que ha encontrado en Alice a la perfecta compañera de travesuras - reí y volteé a mirar a mi pequeño de 5 años que esperaba sentado en un banco de madera balanceando sus pies que no llegaban al suelo - Ojalá lo hubieses conocido - las lágrimas bajaron por mi rostro al recordar todos los momentos que perdió, toda la vida por delante y todo por mi, por salvarme la vida
- Mami, ¿por qué lloras? - preguntó mi pequeño poniendo un de sus manitas sobre mi hombro
- No pasa nada mi amor - dije abrazándolo
- Mami, ¿ya podemos irnos? Prometiste que iríamos al Callejón Diagon - observe su puchero y sus ojitos de corderito, Draco tenía razón, nuestro hijo me manipulaba pero me daba igual
Con lentitud me puse en pie y con un movimiento de varita aparecí unas rosas blancas.
Una última lágrima se deslizó por mi mejilla y levanté a Scorpius cuando alzó sus brazos cansado de andar.
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Traidora (Draco Malfoy)
FanfictionSer la oveja negra de la familia no es fácil, algunos pensarán que lo mejor que puede pasar a un adolescentes es no tener que darle explicaciones a sus padres. Pero vivir en una casa donde todos la ignoran no es precisamente lo mejor que le pudo ocu...