Traidora (Draco Malfoy)

Capítulo 42

En las siguientes noches sucedió lo mismo... aparecía esa mota plateada, pero nunca permanecía el suficiente tiempo como para poder definir que era.

No fue hasta el día de hoy que por fin lo descifré...

Un patronus... y no uno cualquiera, sino el tigre de bengala de Draco.

¿Qué significa?

¿Acaso Draco está en peligro?

O... ¿Quiere darme un mensaje?

•••

Con el mayor sigilo posible bajé las escaleras, con cuidado de no pisar el escalón que rechina.

El patronus ha permanecido oculto en el jardín toda la noche, pero esta era la hora perfecta para averiguar que era lo que sucedía...

A estas horas de la madrugada todos estaban durmiendo.

Con rapidez cogí uno de los abrigos negros que estaban colgados junto a la puerta de la cocina, y me adentré en la fría y oscura noche.

Caminé por la amplia pradera hasta quedar junto al tigre, que con suma elegancia hizo una reverencia y comenzó a adentrarse en el bosque.

Quería que lo siguiera... y lo hice, con la varita en mano por si sucedía cualquier eventualidad.

Atravesamos la barrera mágica de seguridad, sintiendo un aire de libertad e independencia que no recordaba haber sentido desde que salí de Hogwarts.

Esto era algo tan innatural, estaba siguiendo a un patronus a través del bosque, esto podía ser una trampa... pero lo peor era que no me importaba, porque también había una posibilidad de saber algo de Draco.

•••

Nos detuvimos en una pradera bastante alejada de La Madriguera... sentía la adrenalina recorrer todo mi cuerpo, además de una pisca de miedo, que se acentuó al sentir una rama romperse.

Con el corazón a mil, voltee con la varita en alto apuntando hacia el lugar del sonido.

- ¿Quién está ahí? – dije con una seguridad que en estos momentos no sentía

Por el rabillo del ojo vi movimientos del otro lado, y rápidamente giré hacia esa dirección.

- Se lo advierto, no me temblará el pulso a la hora de defenderme

De la oscuridad se empezó a distinguir una silueta masculina.

Agarré con más fuerza la varita, preparándome para lanzar una maldición en cualquier momento.

Esa persona también sacó la suya, pero en vez de atacarme, solo se iluminó el rostro.

Bajé la varita al instante y el miedo se evaporó.

Draco estaba aquí...

Draco había venido por mí...

Él no se acercó, y yo no me podía mover, simplemente nos quedamos allí, mirándonos el una al otro, perdiéndome en su mirada, y no dejaba de preguntarme si acaso esto era un espejismo, si era real o un simple engaño de mi mente.

Solo reaccionamos cuando el tigre plateado se acercó a él y luego de una inclinación de cabeza, desapareció.

Draco se acercó a mí mientras yo sonreía como una loca enamorada. Había soñado tanto este momento que ahora no sabía muy bien que hacer.

Me sentía tan tonta por tener mi mente en blanco.

Él me tomó en brazos y me atrajo hacia su cuerpo.