El grisáceo mes de marzo dejó paso a un borrascoso abril, y cada día que pasaba junto a Draco hacía más difícil que pudiéramos guardar en secreto nuestra relación. Estoy segura que nuestros amigos ya lo han descubierto, aunque intenten disimularlo, pero Blaise siempre dice alguna indirecta que resulta ser muy directa.
La profesora Umbridge había seguido asistiendo a las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas, estaba esperando a que Hagrid diera un paso en falso para poder tener un motivo por el que despedirlo. Los TIMOS cada vez estaban más cerca, algo que los profesores seguían recordándonos, y no son los únicos, siempre que iba a la biblioteca me encontraba con Hermione, y no hacía más que hablar de todo lo que le faltaba por estudiar, y sinceramente, dudo que alguno de esos temas salga en los exámenes, algunos eran hasta de cursos superiores, esa chica un día de estos no iba a poder más, como la chica esa de Hufflepuff que recibió una pócima calmante de la señora Pomfrey.
Draco pasaba gran parte de su tiempo en la Brigada Inquisitorial, pero eso no servía ni para poder escaparme a las clases de Harry, Draco siempre buscaba el momento para escabullirse de sus guardias y pasar el tiempo conmigo, y sinceramente, oírlo hablar siempre de que atrapará a Harry y el resto de los Gryffindor me ha acobardado un poco, pero esta noche habrá una nueva reunión del Ejercito de Dumbledore, como ellos se hacen llamar, y ya he quedado con Luna para asistir.
Fue difícil escapar de mi novio, pero le hice creer que dormiría temprano esta noche, y luego, cuando fue a reunir con el resto de la Brigada, me escapé de la sala común. Luna me esperaba en el séptimo piso, frente a un tramo vacío de pared ubicada frente a un enorme tapiz que representaba el absurdo intento de Barnabás el Chiflado de enseñar ballet a los trols.
- Muy bien, ya estamos aquí – dije observando a mi alrededor - ¿Dónde es el salón?
- Justo aquí – dijo la Ravenclaw como si fuera la cosa más obvia del mundo
- Aquí... ¿Dónde?
- Tienes que abrir tu mente, Ale – su miraba estaba perdida en algún punto de la vacía pared – Le dicen la Sala que viene y va o la Sala de los Menesteres, aparece cuando tienes verdadera necesidad, a veces está aquí y a veces no, pero cuando aparece siempre está equipada para satisfacer tus necesidades.
En ese momento, Luna pasó tres veces por delante de ese trozo de pared, parecía concentrada. Justo al terminar de hacer el recorrido por tercera vez, una puerta de brillante madera había aparecido en la pared. Luna, rápidamente enlazó su brazo con el mío, y agarrando el picaporte de latón, abrió y entramos a una amplia estancia en la que ardían parpadeantes antorchas. Este lugar es fabuloso.
¿Cómo lo habrán encontrado?
Las paredes estaban cubiertas por estanterías de madera, y en lugar de sillas había unos enormes cojines en el suelo. En un estante en el fondo de la sala, se observaban chivatoscopios, sensores de ocultamiento y un gran reflector de enemigos. Y en el centro de la sala, estaban Harry, Hermione, Ron y Ginny.
- Hola, Rose – me dijo Ginny con una sonrisa cuando llegamos cerca de ellos
- ¿Qué tal chicos? – pregunté un poco cohibida, me siento fuera de lugar
- Me alegro de que hayas decidido unirte a nosotros Rosalie – me dijo Hermione amablemente
- No fue una decisión sencilla – dije alisando mi falda, estaba muy nerviosa, tengo el presentimiento de que no debería estar aquí, ni siquiera sé si vendré a otra clase.
- Supongo que no sabías si traicionar a Malfoy y al resto de su grupo, pero me alegro que nos escogieras a nosotros
- ¡Ron! – exclamaron Ginny y Hermione en señal de reclamo
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Traidora (Draco Malfoy)
FanfictionSer la oveja negra de la familia no es fácil, algunos pensarán que lo mejor que puede pasar a un adolescentes es no tener que darle explicaciones a sus padres. Pero vivir en una casa donde todos la ignoran no es precisamente lo mejor que le pudo ocu...