EN CUARENTENA CON BTS

Primera sección

Después de una muy larga noche, les hice saber la decisión que había tomado a los chicos. Ellos me apoyaron y se veían bastante optimistas, y eso me angustiaba porque no sabría si iba a funcionar.

Suga habló con el doctor y había programado una cita, todos quisieron acompañar me ya que no me iba a dejar ir sola.

Ya en la clínica, me hicieron unas pruebas más y me llevaron a una habitación, en ella había una silla, una máquina para monitorear las pulsaciones y presión, y en una larga barrilla estaba la bolsa con el tratamiento.

- Todo va a estar bien.- Nam que estaba a mi lado me abrazo.

- Nosotros estaremos aquí para ti. - Jimin me susurró.

Tome aire y me fui a sentar, una enfermera limpio la parte de al frente de mi muñeca y puso un catéter. El doctor me dijo debía tenerla por un tiempo ya que vendría todos los dias a la clínica para el tratamiento.

Durante esta primera semana solo serían unos 30 minutos, y si todo iba bien no tendría que venir tan seguido.

- Alguien que valla a estar a su lado.- la enfermera anunció.

- Yo.- Suga se puso a mi lado.

Ella empezó a explicarle los efectos secundarios, dijo que podría doler y que debía ayudarme a distraerme para que fuera más rápido. Los demás escucharon y estaban asintiendo.

Después que explico todo, metio otra aguja por el catéter que tenía en la muñeca y esa estaba conectada a una larga manguera hasta esa bolsa.

- Mirame.- me dijo Suga.

Fueron sólo segundos para sentir un gran ardor en mi brazo, el había agarrado mi mano y yo se la apreté muy fuerte.

- Duele..- estaba algo alterada.

- Todo va a estar bien.- beso mi frente.

Mire a los demás chicos, y ellos tenían una expresión de dolor sobre su frente.

- Diles que salgan.- le susurre a Suga.

No quería que me vieran así. Los estaba preocupando mucho.

- Bien.- se levanto y habló con ellos. Al parecer entendieron bien y salieron.

Suga regreso y seco un poco el sudor de mi frente. Después de un tiempo, ya el dolor iba cesando, pero aparecieron las náuseas, también comencé a toser mucho y de nuevo volvía a tener sangre.

Suga se levantó rápido y buscó unas toallas.

El tiempo se hacía eterno, hasta que regreso la enfermera, me quito la aguja dejando el catéter solo. Al levantarme me sentía algo mareada.

Suga me cargo hasta el auto, no dije nada ni proteste. Tenia náuseas y estaba muy cansada. Los chicos estaba en el auto, aún se veían muy preocupados.

Yo solo esperaba que todo esto saliera bien, sino iban a quedar muy lastimados.

Ya en el auto, el cansancio me ganó y me quedé dormida.

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