Casa Haneul Zodiaco

28

Sagitario y Géminis se encontraban en una tienda de ropa bastante linda y lujosa, además de algo cara para la castaña.

—¿Géminis, que estamos haciendo aquí?

—Son órdenes del presidente.

—Ya te dije, estoy bien con esta ropa.

—Entonces escogeré algunas por usted, son órdenes del-

—Son órdenes del presidente —repitió Sagitario —ibas a decir eso, verdad? —Géminis sonrió —Entonces iré a devolver todo lo que compres, ¿sí?

—¿Qué tal si va a un café y descansa un poco?

—Vamos —dijo Sagitario tratando de hacer cambiar de opinión a Géminis.

—Por favor.

—Pero....—Géminis guió a la chica a la salida del lugar para que se fuera a sentar a algún lugar cercano, Sagitario sin tener otra opción comenzó a caminar al rededor de las otras tiendas observando al rededor y terminó chocando con una señora sin querer, haciéndo caer la bolsa de la mujer.

—Dios, ¿Qué demonios?, deberías de tener más cuidado —se quejó la mujer miéntras se agachaba a recoger su bolsa.

—Lo siento —se disculpó la castaña, miéntras varias miradas se posaban en ellas.

—No, mi bolso de piel de cocodrilo —dijo miéntras lo limpiaba —¡Se rayó! —chilló la mujer —¡Mi bolso!

—Lo lamento —Volvió a decir Sagitario miéntras la mujer la volteaba a ver mal.

—¿Crees que una disculpa lo arreglará?, ¡Se rayó porque tropezaste conmigo!

—¿En serio? —Sagitario intentó revisar el bolso para ver si estaba rallada pero la mujer no la dejó.

—¿Cómo te atraves a tocarlo? ¡Me costó 30 millones de wones!, ¡Vale 30 millones es de wones! —a esas alturas las 2 eran el centro de atención del lugar —¡Págame por mi bolso!

—¿En serio? —otra voz femenina se hizo notar en el lugar, Sagitario miró hacia atrás encontrándose con Aries, la cual se acercó a ellas, la mujer sonrió con burla y la miró de pies a cabeza.

—¿Quién Diablos eres? —La rubia tomó el bolso miéntras lo observaba.

—El bolso original tiene 5 costuras en ambos lados del logo, pero el suyo no es así —todos observaban la escena intrigados, miéntras la mujer carraspeó algo incómoda —Este material ni si quiera es de buena calidad, ¿Dónde lo compró? —preguntó la rubia con una sonrisa.

—Dios mío —dijo la mujer —¿Qué te importa? —dijo miéntras le quitaba el bolso y miraba a su al rededor y se fue de ahí rápidamente. Aries miró a Sagitario y le sonrió. La rubia decidió llevar a la castaña a una cafetería y tomaron asiento.

—Nos encontramos otra vez —dijo Aries.

—Sí —respondió Sagitario algo tímida.

—¿Viniste a hacer compras?

—No, espero a alguien —respondió Sagitario sonriendo.

—Ya veo —dijo Aries comenzando a jugar con sus manos —Supongo que solemos cruzarnos en los momentos más inoportunos.

—Muchas gracias por lo de antes, ¡Me estaba volviendo loca!

—Obviamente la mujer estaba siendo absurda.

—Pero, ¿Cómo sabías que el bolso era falso? —preguntó la castaña intrigada.

—Las personas que han cosido mucho saben de estas cosas.