En un tranquilo y costoso barrio de la ciudad, Takemichi vivía con su hermano menor, Kisaki Tetta, de dieciséis años. Sin embargo, últimamente, algo oscuro se cernía sobre su hogar. Kisaki comenzó a llegar a casa con moretones y heridas, y cada vez...
Los días pasaban, takemichi se encontraba despidiéndose de su hermano en el aeropuerto, inui y koko estaban allí también despidiéndose de kisaki, el pequeño rubio estaba abrazando a takemichi con fuerza mientras lloraba, takemichi tuvo que comprarle gafas nuevas debido a que las que tenía se las destrozaron.
—no llores nos veremos otra vez en dos meses —le dice con una pequeña sonrisa —además te llamaré a diario para saber cómo estás —takemichi le tiende una caja con un celular dentro —se que posiblemente el tuyo esté destruido así que te compre otro.
Kisaki lo volvio a abrazar con fuerza, aveces sentía que su hermano se esforzaba demasiado por el, tomó la caja, con una pequeña sonrisa.
—gracias... —le dice abriéndo la caja.
Anunciaron el vuelo de kisaki, takemichi le dio un abrazo antes de que se fuera, kisaki se despidió de koko con un movimiento de cabeza y de inui con un pequeño abrazo.
—¡te llamaré cuando llegue! —le grita a lo lejos con una enorme sonrisa mientras acomoda sus gafas, takemichi le sonrio y se despidió con la mano, cuando vio que kisaki abordó el avión se volteo con una cara completamente sería hacia sus amigos.
—¿terminaste con todo koko? —le preguntó empezando a caminar hacia la salida en la cual tenían el auto estacionado.
—si, todo está perfectamente planeado además ya tienes cupo en el salón de kisaki, básicamente pueden integrarte cuando quieras inui takemichi —le dice con una enorme sonrisa en los labios, Inupi soltó una risa al escuchar el nombre de su amigo con su apellido.
—eso sonó raro —les dice con una sonrisa —voy a cambiarme el color de cabello así que vamos a una peluquería y después vayamos a comer como una familia disfuncional.
Los tres entran al auto, inui iba manejado mientras takemichi iba de copiloto y koko en la parte de atrás, llegaron a una peluquería, takemichi se decidió por un cabello rubio brillante y llamativo, las bromas de parte de sus amigos no se hicieron esperar, asta el se sentía patético con un color tan brillante, después de eso fueron a comer koko sujirio que comieran en casa, un tacaño jamás dejará de ser tacaño, al final takemichi se encargo de pagar la comida de los tres, al final del día terminaron en la casa de takemichi el ahora rubio estaba listo para empezar su nueva rutina escolar a partir de mañana.
—me muero de sueño —dice koko dejándose caer en la cama de takemichi, la cama era lo suficientemente grande como para dormir los tres y sin necesidad de estar pegados.
—es hora de terminar este día, mañana las cosas serán una completa locura —dice takemichi dejándose y jalando a Inupi para que los dos cayeran en la cama.
—espero seas consciente de que ese lugar es un infierno —le recuerda inui dándole un pequeño apretón en las mejillas.
—lo sé, ¿pero no venimos de un infierno peor? —koko le da la razón, esa ocasión donde los humillaban solo porque no tenían dinero y hacían cosas humildes para conseguirlo.
—nosotros somos el infierno —les dice koko apagando todas las luces y abrazándolos para finalmente todos caer dormidos.
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