La mañana siguiente llego con rapidez, ninguno durmió esa noche, Takemichi estuvo gran parte de la madrugada recopilando información y creando teorías, South fue al lugar en el que encontró a Inui, justo como dijo takemichi había otro lago no muy lejos de donde lo encontró, en el que encontró la maleta de takemichi. También una rama con sangre, posiblemente con la que lo golpearon.
Las demás personas que estaban con ellos se encargaban de guardar todo en bolsas y moverlas al helicóptero, no tenían pensado dejar en ese lugar ningún tipo de evidencia.
Eran alrededor de las ocho de la mañana cuando el ojiazul iba por su cuarta taza de café, escucho un gran alboroto fuera, estaba demasiado cansado como para ir a lidiar con los problemas de ahí afuera, continuó observando las fotografías tratando de encontrar algún patrón pero no había nada, lo único era que todas habían sido tomadas en el mismo lugar. El problema es que el fondo no contaba mucho, una pared blanca con rastros de humedad y un suelo de mármol gris. En la esquina de cada foto se podía observar una mancha en la pared, como si hubiesen estrellado una taza con café o algo por el estilo.
—¡Jefe la niñita se puso agresiva! —el grito llego desde la escalera.
Takemichi se levantó lo más rápido que pudo y salió, vaya sorpresa se llevó al bajar las escaleras y ver a Hinata sostener un cuchillo, mientras todos trataban de calmarla.
—¿Tanto drama por estar en esta cabaña? —cuestiona con una sonrisa mientras se cruza de brazos —¿acaso ya habías estado aquí?
Hinata lo vio sorprendida —Takemichi... y-yo pensé que te habías ido.
—iba a irme, pero alguien creyó que era buena idea jugar con mi paciencia, así que voy a quedarme. Será divertido.
La chica lo miró sin saber exactamente que responder se mantuvo en silencio esperando alguna orden o insulto, la verdad ya no sabía que hacer. Takemichi sonrió y señaló el cuchillo con un ligero movimiento de cabeza, Hinata lo soltó al instante y bajo la mirada apenada.
—podemos hablar si gustas o puedes irte —dice bajando las escaleras con la chica detrás —pero jamás sabrás lo que se de tu hermano.
Esa última frase llamo por completo la atención de Hinata, sus ojos lo miraron con atención —¡Naoto! ¿Qué sabes de él?
—¿Qué sabes tú de la muerte de Kisaki y el papel de Kisaki en esta? —preguntó sonriendo y entrando a la cocina, necesitaba otro café.
Hinata lo siguió mordiendo su labio sin saber que responder a eso—no estoy segura, cuando Suzuki desapareció yo estaba buscando a mi hermano. No fui a clase ese tiempo, pero Emma si debe saberlo, para ese entonces ella molestaba a kisaki a diario. ¿Mi hermano esta bien?
Un suspiro salió de los labios del rubio sin saber como iba a tomárselo la chica —depende de si la muerte sea algo bueno para ti —murmuró dejando la taza de lado, Hinata lo vio confundido —encontramos un cuerpo de un niño, todo lo que encontramos en ese lugar parece arrojar que es tu hermano. Pero creo que sería mejor si tu lo vieras, bien dicen que la sangre llama.
El rostro de la chica se puso pálido y su respiración se volvió erratica, las lágrimas se acomulaban en sus ojos listas para salir si llagaba a ser ese su hermano.
—p-por favor llevame con él —pide sin dejar de temblar de forma involuntaria.
Algo arrepentido por la forma en que lo dijo Takemichi asintió y camino hacia la salida con Hinata detrás, Caminaron por el sendero a la cabaña, en esta estaba South apoyado contra el marco de la puerta fumando. Al verlos frunció el ceño pero solo se hizo a un lado dejándolos pasar. Mientras subían la escalera la presión en Hinata aumentaba, takemichi rasco su cuello y la dejo pasar a aquella habitación en la que descansaba el pequeño cuerpo en el frío suelo. Hinata soltó un grito y se dejó caer de rodillas, verla llorar de esa manera causó cierta incomodidad en el pecho de Takemichi. Verla abrazar el frío cuerpo mientras susurraba su nombre hizo que takemichi se diera la vuelta cerrando los ojos y tomando un gran bocado de aire.
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𝕻𝖗𝖔𝖇𝖑𝖊𝖒𝖆𝖙𝖎𝖈 𝖘𝖈𝖍𝖔𝖔𝖑
FanficEn un tranquilo y costoso barrio de la ciudad, Takemichi vivía con su hermano menor, Kisaki Tetta, de dieciséis años. Sin embargo, últimamente, algo oscuro se cernía sobre su hogar. Kisaki comenzó a llegar a casa con moretones y heridas, y cada vez...