-Tercera Persona-
Los ojos curiosos del castaño se encontraban fascinados incluso por la forma en la que el baño se encontraba decorado.
Luca cerraba la puerta detrás de él con seguro, por si las dudas.
Su cabeza aún le daba vueltas a pesar de haber dado un ligero sorbo al café que aquel extraño de nombre Stefanno le había ofrecido, en realidad, conforme su mente comenzaba a aclararse, sus dudas incrementaban.
¿Cómo había llegado ahí? Terminó en el hogar de un completo desconocido, el mismo desconocido que le había intrigado el día anterior mientras se dedicaba a tocar el piano en la plaza del pueblo, ese mismo radiante ragazzo era el que ahora le daba alojamiento.
Las mejillas de Luca se tornaban coloradas mientras retiraba el resto de sus prendas de ropa que destilaban el aroma potente del alcohol.
Al entrar a la ducha, el agua que corría de la regadera le regresaba de nuevo a su forma natural, la forma en la que fue mandado a este mundo, dejando resplandecer sus escamas colores esmeralda y azules, se sentía agradable, y lentamente podría sentir el dolor de cabeza disiparse tan sólo un poco más.
No tardaría mucho en darse una ducha, el monstruo marino temía que su nuevo compañero pensara que quizás estaba aprovechando su bondad y buen corazón, así que después de pasar un poco de jabón por su cuerpo y enjuagarse lo suficiente, cerraba la llave de la bañera para velozmente secarse con una toalla de por ahí y vestirse con esas finas y delicadas prendas de ropa que Stefanno le habría prestado.
Sabía que se trataban de prendas caras, la marca de estas eran exclusivas, y los diseños eran de esos que solo en las tiendas más finas se ofrecían, aunque siempre habría gente que vendería copias similares en tiendas de ropa que se encontrasen en lugares no tan seguros, alguna vez Giulia le llevó a esos mismos lugares donde todo se vendía a rebajas, a palabras de la pelirroja, era mejor gastar menos dinero en ropa que al final de día lucía idéntica a las originales que se vendían a un precio más caro en tiendas caras.
Al mirarse al espejo, Luca no pudo evitar el sentir de nuevo sus mejillas tornarse de color carmesí, por alguna razón la mera idea de tener sobre su cuerpo la ropa de aquel extraño le hacía sentir nervioso pero al mismo tiempo, privilegiado.
Soltó un suspiro a su reflejo para tomar la ropa que yacía en el suelo, la misma que emitía el aroma a vino, y así, verificando que no hubiese dejado desorden alguno en el baño, salía con cuidado hacia la sala, donde Stefanno parecía recibirle con una sonrisa calurosa.
-¡Vaya! ¡Sabía que ese conjunto te sentaría bien! ¡Espero te sientas mejor con esa ducha, ahora termina tu café y galletas que tenemos que llevarte a casa!- Exclamaba Stefanno mientras tomaba de las manos de Luca sus sucias prendas de ropa para colocarlas dentro de una bolsa de papel.
El castaño asentía sin más que decir, en realidad sus nervios no le dejarían, tomando asiento en un sillón individual que daba al piano donde Stefanno de nueva cuenta se colocaría para continuar con la pieza que se encontraba practicando, ¿Que podía decir? Amaba la música.
Luca masticaba las galletas que se encontraban frente a él con cuidado de no mordisquear tan fuerte, no era su intención distraer al pianista que parecía sumergido bajo la melodía que el piano emitía gracias al dote que el de ojos celestes se dedicaba a tocarlo.
La mirada de Luca, al igual que Stefanno, estaba inundada en ese piano, en los dedos pálidos del ragazzo que parecían moverse sin dificultad alguna, era como si se encontrara en otra dimensión.
Finalmente de los labios de Luca salía un sonido, más bien, palabras de asombro.
-...¿C-Cómo lo haces?...Es absolutamente maravilloso- El castaño musitaba, dejando su taza a un lado y galletas, para volver a acercarse al gran instrumento musical, pasando sin pensarlo, una mano sobre las teclas del piano, emitiendo un sonido un tanto estruendoso, lo que asustaba a Luca tal cómo si de un felino se tratase.
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Si me dijeras ~ 🌙 Luca x Alberto
Mystery / Thriller~Un error, eso debe ser, quizás el lo olvidó, tiene tanto que hacer, trabaja todo el día en la pescadería, como salvavidas...Al bajar del tren lo primero que busco son sus ojos brillantes como esmeraldas, pero con lo que me encuentro termina siendo...