~Parte 26 ~ La decepción ~

317 25 41
                                    

-Tercera Persona-

La felicidad no podía ser más visible en el rostro de Stefanno.

Ese día se podría decir que tendría su primer cita con el ragazzo que le habría robado el aliento, y también los latidos de su corazón.

Luca.

Las mejillas del chico de cabellos obscuros se tornaban coloradas al imaginarse el semblante de su ahora ragazzo al ver el obsequio que le tenía preparado, o quizás más bien, obsequios.

Uno de ellos se trataba de un precioso ramo de flores color rosa con un par de girasoles que hacían brillar ese ramo.

Y el siguiente gesto de amor seria unas deliciosas galletas y panecillos, ese podría ser el bocadillo de ambos mientras tomaban el sol un rato sobre la arena y rocas.

-Creo que esta panadería será el mejor lugar para conseguir esas galletas- Exclamaba para si mismo Stefano, adentrándose al bonito establecimiento, pequeño pero bastante acogedor.

Al entrar a esa pequeña panadería, Stefano parecía encantado con el aroma recién horneado de pan, galletas y panecillos que lucían deliciosos desde las vitrinas.

-¡Buongiorno! ¿Qué le puedo ofrecer...? ¡Oh! ¡Pero si se trata de ti!- La persona que se encontraba del otro lado de la caja registradora se trataba de nada más y nada menos que de ese peculiar personaje con el que Stefano se había topado días atrás.

-¡Claro! Guido, ¿Verdad?- El de cabellos obscuros y ojos claros se acercaba a la barra que les separaba a él y a ese joven panadero.

Guido enseguida se pasaría una mano por sus cabellos recién peinados y acomodados casi perfectamente, aclarando su garganta enseguida, el castaño lo veía como una señal del cielo, era su momento de poner su plan en acción.

-¡Si! ¡Y tú eres Stefano! ¿¡Qué te trae por acá!?-

-Bueno, ahora que preguntas y ya que veo que eres un experto, te pediré tu opinión respecto a algo bastante importante...¿Cuáles son los panecillos más deliciosos que tengas disponibles?- Stefano con esos ojos brillantes celestes y llenos de ilusión no dejaba de sonreír, ¿Y cómo no se mantendría tan feliz si pronto se reencontraría con el que ahora era su ragazzo?

-¡Viniste al lugar y tiempo correcto! ¡Justo ahora acaban de salir del horno los panecillos clásicos de esta panadería! Estoy seguro de que serán de tu agrado, tú sólo espera aquí, ¡Ahora vuelvo!- Guido no perdería un segundo más, corriendo hacia la parte de atrás de la panadería, donde los hornos para hornear y pan eran preparados.

El joven panadero tomaba una bonita caja de cartón, donde colocaría al menos dos docenas de panecillos distintos, de todo sabor y todos tamaños, al final del día, Guido recordaba siempre las palabras que su abuela alguna vez le había dicho no hacía mucho.

A un hombre se le comienza a enamorar por el estómago.

Y Guido era excelente en seguir esos consejos, no por nada comenzaba a ser considerado de los mejores panaderos en todo Portorosso, al menos después de su padre.

Después de haberse asegurado de hacer a esa pintoresca caja lucir preciosa e impecable, Guido la tomaba entre sus manos para correr de nuevo al frente de la tienda, donde Stefano ya se encontraba degustando una galleta de chocolate que se encontraba en el mostrador.

-¡Scusa Guido! ¡Debo ser un atrevido por tomar esta galleta pero no pude resistirme! ¡Es deliciosa!- Con gran gusto Stefano finalizaba de degustar la pequeña galleta, aunque Guido encontraría tal gesto con mucha gracia.

Si me dijeras ~ 🌙 Luca x Alberto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora