Si me dijeras ~ 🌙 Luca x Alberto

~Parte 18~ La euforia

-Tercera persona-

Ella al verlo de nuevo en frente de la habitación que compartían, no hacía más que tomar mechones de cabello descontrolada.

-¡L-Luca! ¡Pensaba que terminarías de tomar tu café!- Exclamaba Giulia tratando de buscar algo con que entretenerse -¡Creo que me siento aún un tanto cansada por la noche de ayer! ¡Y-Ya sabes! ¡La reacción del vino si que nos tomó por sorpresa!-

-Vengo a ver que te encuentres bien Giu...haz actuado tan extraña esta mañana-

-¡Mira quien lo dice! ¡El que se desaparece de la nada por toda una noche para después reaparecer discutiendo con Alberto!- Giulia se llevaba las manos al aire para después dejar salir un gran suspiro -...Lo siento tanto Luca...¡Necesito...! Creo que necesito un momento sola...necesito dormir...o quizás pensar, ¡Tengo que acomodar estos sentimientos tan extraños que me confunden!-

Al ver la desesperación de su amiga, Luca no hacía más que asentir y estar de acuerdo a lo que esta le solicitaba, no deseaba ser un causante más de su dolor de cabeza por la resaca de la noche anterior.

-...Va bene Giulia...y-yo...creo que iré a visitar a mis padres, no lo he hecho desde que llegue aquí y ayer tan solo los vi por un rato en el festival-

-¡Si! ¡Eso suena perfecto! ¡V-Ve y pasa una buena tarde con tu familia! ¡Mándale mis saludos a la signora Daniela!- La pelirroja empujaba a su amigo fuera de la habitación para cerrar la puerta en su rostro y no dejarle decir nada más.

La confusión en el rostro de Luca era aún más evidente que antes, pero podría hablar más tarde con su amiga, comprendía que también podría ella necesitar un poco de tiempo a solas, sobre todo después de lo ocurrido la noche anterior con la bebida.

Al salir del hogar de los Marcovaldo, el castaño se acercaría al mar para así tomar camino a casa de sus padres, en realidad lo que haría sería dormir en la que era su habitación, o más bien, el equivalente a una habitación bajo el agua, ya lo necesitaba.

Sentía la arena y pequeñas rocas bajo el, comenzando a acercarse al agua que le rozaba los dedos de sus pies, lentamente convirtiéndolos a su forma original, cómo ansiaba volver al agua.

-¡Luca!- Una voz le interrumpiría en ese momento cualquier plan que pudiese tener a consideración.

Era aquel ragazzo de nuevo.

-¡S-Stefanno! ¿¡Que haces aquí!?- El castaño se acercaba al chico de cabellos obscuros, al parecer el no había visto aún su verdadera forma, un monstruo marino.

-¡Esa pregunta te la debería hacer yo a ti, amigo! ¡Pero la responderé de todos modos! Vine por un poco de aire después de ese encuentro con, ¿Tú compañero? Parece que no le agrado el verme siquiera- Exclamaba Stefanno, llevándose una mano hacia la nuca con gran pena.

-...Scusa tanto lo que pasó hace rato...Ni siquiera sé porque el se comporta de esa forma, tiene pareja...y yo no soy de el- Cabizbajo musitaba Luca, pero aquello para Stefanno era una clave más sobre lo ocurrido la noche anterior y cómo el castaño hablaba de un ragazzo que le rechazaba, quizás ese tal Alberto era ese mismo ragazzo.

-...Pues no debería de tratarte de esa forma tan brusca, podría lastimarte, aunque veo que ya logró su cometido, te ha lastimado, emocionalmente- El chico de ojos color océano posaba una de sus manos en el hombro del castaño con suavidad, quizás en forma de darle calor y apoyo -¡Cómo sea! ¡No hablemos de más cosas tristes que me da tanto gusto tenerte frente a mi!-

Aquello extrañaba a Luca quien le daba la mirada a esos ojos tan...bonitos, en realidad no se había percatado a detenimiento pero Stefanno...sus labios eran finos y carnosos, rosados como una flor, su piel tan clara que estaba seguro de que si no usaba bloqueador solar, seguramente se broncearía de más.