~ Parte 31 ~ La necesidad ~

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Tercera Persona

Alberto corría agitado con todas las fuerzas que su cuerpo pudiese darle. Debía apresurarse a llevar a su amado a la única clínica de Portorosso.

En realidad para alguien tan fuerte como el moreno, el llevar en sus brazos a un inconsciente Luca no era nada difícil. Más bien lo complicado sería el verlo en aquel estado tras haber sido atacado por Guido.

—Non ti preoccupare Luca...no te preocupes, que yo mismo me haré cargo de ti. Así como alguna vez te lo prometí y fallé terriblemente. Esta vez no será así —decía Alberto con la voz entrecortada por la falta de aire que le causaba el llevar en sus brazos a un ragazzo y correr al mismo tiempo. Aunque esa falta de aire también podía deberse al dolor agudo en su corazón. Se trataba de la culpa que de nuevo le acecharía.

Finalmente el de ojos verdes podía ver la clínica a la distancia. Corría con todas sus fuerzas a esta para así no importarle nada el hacer un gran escándalo y sin más, gritar por auxilio en cuanto colocada un solo pie dentro de ese lugar.

Un par de enfermeras jóvenes irían al socorro de ese ragazzo tan conocido por todo Portorosso. Se trataba del apuesto salvavidas del pueblo.

—¡Rápido! ¡Hagan algo! ¡Lo han golpeado! ¡A Luca! —la falta de aire haría a Alberto no poder formular frases completas, más lo que fuese que saliera de sus labios al menos por esos instantes tendría suficiente coherencia para hacer al par de enfermeras reaccionar.

—¡Claro que si! ¡Vittoria, ayúdame con el ragazzo! —decía una de las enfermeras de cabellos rubios.

Entre ambas acercarían una camilla al moreno, quien enseguida colocaría el ser de Luca en esta.

—Lo llevaremos a revisión. ¡El doctor no debe tardar demasiado! Por ahora tan solo guarda la calma —la enfermera de nombre Vittoria se atrevería a decir, aunque esas palabras lo único que causarían sería el alterar al moreno de manera grande.

—¿¡Cómo podré calmarme si a Luca lo han golpeado!? ¡Está inconsciente! ¡No se mueve! ¡Hagan algo en lugar de estar aquí perdiendo el tiempo! —la voz alterada del moreno hacía a las jóvenes enfermeras rodear la vista. Sin duda ese Alberto era un ragazzo bastante prepotente.

Entre ambas enfermeras llevaban la camilla donde reposaba Luca a una de las habitaciones que se encontraba en esa pequeña clínica, dejando a Alberto por su cuenta.

Aquello no traería más que una gran avalancha de emociones. Desde el nervio hasta el pánico. Desde la culpa hasta el horror en su corazón al simplemente pensar que algo malo pudiese haberle ocurrido al único ragazzo que amó en su vida, y que a decir verdad, siempre amaría.

Era en ese instante en el que el moreno comenzaba a percatarse del gran error que había cometido al haber hecho a un lado a ese bellísimo ragazzo de piel pálida y mejillas pecosas. El rechazo de Luca sería el castigo más grande para Alberto. Un castigo que le perseguiría por siempre.

Por que a decir verdad, después de tanto dolor y humillación que había causado, ¿Acaso Luca podría perdonarle?

Esos pensamientos no podrían más con su ser. Sería entonces cuando Alberto perdería el balance de su cuerpo, cayendo sobre sus rodillas mientras temblaba ante la tortura que era el remordimiento.

Si tan sólo no hubiese sido tan débil. Quizás si tan sólo hubiese comprendido que Luca era diferente, que buscaba un futuro prometedor, un futuro dónde el moreno también iría incluido...

Quizás si hubiese sido más fuerte, Guido no habría podido manejarlo plácidamente.

—¡Oh Luca! —exclamaba Alberto con las pocas fuerzas que le quedaban —Si tan sólo pudieras verme a los ojos y decirme que me perdonas...que perdonas cada una de mis faltas y ofensas...tal vez así finalmente podríamos ser felices...comenzar de cero...tu, yo...y una Vespa —esa última palabra sería el gatillo para Alberto, quién sin más fuerza, dejaría salir de sus labios el llanto  más amargo que su triste corazón le permitiera liberar.

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⏰ Última actualización: Mar 04 ⏰

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Si me dijeras ~ 🌙 Luca x Alberto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora