Open Your Heart ↻ Derek Hale

Extra 1.

↠El Amor.

Estoy aburrida.

Realmente aburrida.

Siento que hoy es como de esos días realmente aburridos antes de la tragedia.

No suena tan lindo, la verdad que no quiero una tragedia.

A menos que pase en alguno de mis libros, entonces sí, no hay nada más lindo que leer tragedia y sufrir por las cosas horribles que le pasan a los personajes.

¿Eso me hace masoquista? Meh, ya que.

Entro a la habitación y me tiro sobre la cama. O bueno... sobre él. Contengo una risa cuando lo escucho quejarse del dolor y como suelta todo el aire porque justamente me tiré horizontalmente sobre su estómago.

―¿Por... qué? ―simplemente pregunta.

―Estoy aburrida.

No dice nada más y yo tampoco, solo muevo mi cabeza hacia un costado para respirar y veo su rostro, su cabello castaño desordenado, su rostro sereno con sus ojos cerrados y algunos cabellos sobre su frente y sonrío porque al menos no se quejó de mi peso o me pidió que me bajara de encima suyo.

Scott es pasivo algunas veces.

Esta vez sonrío de una forma macabra. Pasivo. ¡Jah! Ya sueno como las chicas que shippean a chicos con otros chicos.

Bueno... no mentiré al decir que una o dos veces no he leído libros o visto series Yaois, son adictivos.

―Scott.

―¿Si?

―¿Crees que serías seme o uke?

Lo veo fruncir el ceño y abrir sus ojos para mirarme totalmente confundido, de seguro no sabe qué significan esas palabras.

No sabía qué significaba licántropo hasta hace algunos meses atrás, no me sorprendería que no sepa qué significan esas dos palabras.

—¿Qué?

—Nada.

Suelto un suspiro y cierro mis ojos, él no insiste en tener una respuesta y no me importa.

Nos quedamos en silencio un largo tiempo, yo todavía sobre su estómago hasta que lo siento moverse, pero solo un poquito.

—Se me durmió el brazo —oh, si, también estoy aplastando su brazo derecho.

—¿Quieres que me quite?

—Solo... —sacude su brazo y subo mi pecho para que lo saque, él suelta aire por su boca y sonríe satisfecho, empujando mi espalda con su izquierda para que vuelva a acostarme—. Mejor —mueve su brazo, supongo por el calambre que debe sentir y lo deja estirado sobre la cama.

—¿Estás aburrido? —pregunto.

—No tanto.

—¿Piensas en Allison?

—... Si —admite y sus mejillas se sonrojan un poco—. Es solo que... su padre..

—No te deja verla —asiente con la cabeza—. Vaya, y después de que los ayudamos a detener a Peter, él sabe que eres bueno.

—Pero también que soy un hombre lobo.

—¿Y eso qué tiene que ver? ¡Jamás lastimarías a Allison! —estiro mis brazos para hacer notar más mi frustración—. El señor Argent tiene que aceptar eso.

—No se si lo hará —murmura y suspiro.

—¿Y qué harás? ¿Seguirás viéndola o le harás caso a su padre?