OYH| Katania Stilinski es una chica normal de dieciséis años. Cansada de mudarse continuamente por el trabajo de sus padres, les suplica que la dejen irse a vivir con su primo y tío favorito a Beacon Hills.
Jamás se imaginó las aventuras que har...
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―¡¿Qué carajos?!
Me exalto cuando lo primero que siento al abrir la puerta es la mano de Derek alrededor de mi cuello. Todavía sigue esa maldita alarma que aturde mis oídos, pero solamente me quedo mirándolo de la peor forma posible.
―¿Qué haces aquí?
Su respiración choca en mi rostro y de un empujón lo alejo de mí, retrocede varios pasos, pero igualmente queda cerca de mí.
―Primero, apaga esa maldita alarma.
Tocando un botón a un costado de la pared, el ruido insistente se detiene, para mi agrado, pero aun así no puedo soportar este ambiente denso que estamos teniendo, esta vez no tengo nervios por su presencia ni siento que mi estómago vaya a explotar.
No, porque estoy realmente enfadada con Derek Hale.
―¿Qué haces aquí?
―Sabes muy bien porqué estoy aquí. Basta de juegos y vueltas, Derek. ¿Qué carajos está pasando contigo?
―Vete.
―¡No, no me iré! ―acorto la distancia, elevando la cabeza para mirarlo fijamente a sus ojos―. ¿Cómo pudiste echar a Isaac de esa forma?
―Lo hablé con él, no tengo porque darte explicaciones.
―Tienes qué. Desde el momento en que él fue a buscarme y a Scott, me debes explicaciones, y en especial a Isaac, no esas estupideces que le dijiste. ¡Derek, le lanzaste un vaso! ¡Un maldito vaso de vidrio!
Su mandíbula se marca y ni siquiera tiene las agallas para mirarme a la cara.
―¿Qué pasó, Derek? No eres así.
―No me conoces.
Muerdo mi labio, conteniéndome de no darle un golpe en la cara.
―Claro que te conozco ―murmuro―. No te conoceré por completo, pero sí lo suficiente para saber que realmente te preocupas por él. Por tú manada. Porque desde que los has mordido te has dedicado a protegerlos, porque desde que Isaac quedó solo lo has cuidado, le habías dado un hogar.
―No los protegí, solamente los necesitaba para ser fuerte.
Que terco que es.
―Quizás al principio, pero vamos, sé que te encariñaste. Te hiciste cargo de él, incluso fuiste a la preparatoria como su tutor. No puedes, de un día a otro, pretender que no te preocupas, que no lo quieres. Isaac merece una mejor explicación que "no hay lugar para tí". Así que, algo pasó y si tú no vas a decirme, yo voy a enterarme por mis propios medios. Y sabes que todo lo que me propongo, lo consigo.
