OYH| Katania Stilinski es una chica normal de dieciséis años. Cansada de mudarse continuamente por el trabajo de sus padres, les suplica que la dejen irse a vivir con su primo y tío favorito a Beacon Hills.
Jamás se imaginó las aventuras que har...
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―De nuevo, gracias por traerme ―verifico que tenga todo en mi mochila y lo miro con una pequeña sonrisa.
―De nada.
―Estaré atenta al teléfono por si encuentras algo de los chicos ―asiente en silencio y me bajo de su auto, inclinándome para verlo por la ventana―. Derek, te lo vuelvo a repetir, que seas un alfa no quiere decir que tengas que resolver todo tú solo.
Asiente, de nuevo, pero puedo notar en sus ojos que algo cambió.
―Lo sé, te avisaré si encuentro algo.
―De acuerdo, nos vemos.
―Suerte ―me sorprende un poco que diga eso junto con una sonrisa divertida, pero no lo demuestro.
―Por favor, pude superar misiones más peligrosas que la escuela, puedo con esto.
Me encojo de hombros con una sonrisa arrogante y me doy media vuelta, entrando a la preparatoria.
Nuevo año escolar, que divertido.
Aunque no puedo pensar tanto en las clases cuando en mi mente solo está pasando la información que Derek me contó. Claramente le grité furiosa cuando me dijo que Isaac también se encuentra desaparecido y que lo único que sabe es que quizás haya encontrado la guarida de la manada de alfas.
Le di todo un sermón y, sorprendentemente, escuchó todo en silencio con la típica cara seria de siempre.
Por dios, encima lo está "ayudando" Peter, de seguro espera algo ese tipo, todavía no me fío de él y no creo que alguna vez lo haga. Después de eso, no tiene mucha información, estuvieron siguiéndoles la pista, hasta ahora no apareció nadie muerto, no de una forma que se sospeche que fue algo sobrenatural y es casi seguro que llegaron por Derek, ya que es un nuevo alfa. Pero Isaac encontró algo y un día después desapareció sin dejar rastro, desde entonces lo está buscando.
Aún sigo medio molesta, pero entiendo de alguna forma. Es como si fuéramos los chicos y yo, no podría dejarlos afuera de algo, pero bueno.
Hablando de ellos.
―¿A dónde fuiste esta mañana?
Todavía no se si es hora de decirles o no.
―A correr, tengo una rutina que mantener ―¿me siento mal? Un poco, aunque no mentí, sí corrí―. ¿Cómo te sientes, Scotty? ―cambio de tema, mirando a nuestro amigo.
Ignorando también a los ojos acusadores de mi primo porque me conoce como la palma de su mano y no soy buena mintiendole a él. ¿Al resto? Pan comido, ¿a Stiles, mi otra mitad, mi persona? Algo complicado.
Se que terminaré por decirles todo, pero quiero alargar su normalidad lo más que pueda.
―Bien, es como si nunca hubiera existido ―acaricia la piel donde se encontraba su tatuaje.
