OYH| Katania Stilinski es una chica normal de dieciséis años. Cansada de mudarse continuamente por el trabajo de sus padres, les suplica que la dejen irse a vivir con su primo y tío favorito a Beacon Hills.
Jamás se imaginó las aventuras que har...
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—¿Como está?
—Pues... bien, creo —Stiles se rasca la nuca.
—¿Pudiste tranquilizarlo? —Stiles hace una mueca—. No sirves, Stiles.
—Ay, perdona, chica que sabe tranquilizar a un hombre lobo —me responde con sarcasmo y ruedo mis ojos.
—Te conozco. Y se que no ayudaste mucho. ¿Mencionaste a los cazadores? —él se queda en silencio y asiente—. ¿A que puede matar a alguien? ¿A que intentan matarlo? ¿A la chica muerta?
—Si, si, ya entendí —frunce el ceño y yo sonrío—. Te odio.
—Me amas —golpeo su hombro.
—Hay más.
Suspiro—. ¿Que?
—Va a jugar.
—¡¿Va a jugar?! —repito alterada.
Oh, no. Oh, no. Oh, no.
Todos vamos a morir.
—Nadie va a morir, Katania —oh, hablé en voz alta—. Creo. Eso espero.
—¿Él sabe que el papá de Allison está aquí? —Stiles asiente—. Está loco. ¡Está loco!
—Definitivamente.
—¿Qué haremos?
—Sentarnos y rogar que no pase nada.
—Es un pésimo plan —busco a Scott y lo encuentro sentado en la banca, arreglando su uniforme.
Camino hacia él, siendo seguida por mi primo que intenta detenerme, pero es tarde, porque me siento al lado de Scott mirándolo fijamente.
—¿Estás loco? ¿Sabes que el papá de la chica que te gusta, el cual es un cazador de hombres lobo, o sea, que te caza a ti, está aquí? —él suspira y asiente—. ¿Estás seguro de jugar?
—Solo quiero sentirme normal —me mira con tristeza.
Y por un momento, sentí empatía.
—Lamento decirte esto, Scott, pero no eres normal. No desde esa noche y nunca lo volverás a hacer —Scott agacha la cabeza y comienzo a morderme el labio—. Pero está bien, lo normal es aburrido —dejo una mano en su hombro y él me mira, sonriendo levemente—. Y... —¿me voy a arrepentir de esto? Tal vez—. Si estás seguro de jugar, Stiles y yo te apoyamos.
—¿En serio?
—En serio —afirmo con una sonrisa—. Pero por favor, no mates a nadie.
—No lo haré.
—Espero que lo cumplas, amigo —Stiles palmea su hombro.
El entrenador comienza a gritar, llamando al equipo y los chicos me miran con una sonrisa, para luego ir con el resto. Supongo que Bobby intenta darles una charla alentadora. Me cae bien ese profesor, es mi favorito desde que llegué. Es muy gracioso. Me encanta.
