OYH| Katania Stilinski es una chica normal de dieciséis años. Cansada de mudarse continuamente por el trabajo de sus padres, les suplica que la dejen irse a vivir con su primo y tío favorito a Beacon Hills.
Jamás se imaginó las aventuras que har...
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Fue una noche bastante difícil de llevar. Derek no era capaz de soltar a Érica y me estaba preocupando la situación de Boyd y su hermana. Nos olvidamos de Allison, al menos yo, pero le dije a Scott que me ayudara a cargarlos al auto de Derek mientras él llevaba a Érica.
No podía ni verla y fue un viaje super incómodo hasta que llegamos al departamento. Me preocupé cuando no vi a Stiles, pero primero me encargué de los chicos. Peter y Scott me ayudaron con ellos, mientras Derek llevaba a su beta arriba. Les apliqué el antídoto, incluso así, sabía que iban a dormir un par de horas más, pero tuve que preguntarle a Peter si había un lugar ahí lo suficientemente fuerte para soportar las fuerzas de ambos hombres lobo.
Por suerte, también me traje unas cadenas que desarrollaron en los laboratorios, especialmente hechos para hombres lobo. Sus componentes a la hora de hacerlos contenía wolfsbane, capaz de quemar sus pieles y mantenerlos serenos cuando eran rodeados por esta.
Después de sujetarlos bien fuerte, claramente separados por si acaso, le pido a Scott que llame a Stiles para saber a donde fué y me quedé un momento pensando si era buena idea o no subir a ver como se encontraba Derek.
Peter no tenía ganas de ver a su sobrino, siempre luciendo desinteresado y sabía que no le interesaba, ya tenía claro que ella estaba muerta. Todos lo sabíamos, pero no queríamos aceptarlo. Mucho menos Derek.
Me terminé animando a subir la escalera caracol. Caminé por el pasillo, mis pasos resonando en la madera que necesitaba una capa de pintura. Tenía tres puertas a la izquierda y dos a la derecha, pero mis ojos solo estaban en la puerta de madera del fondo. Caminé hasta ahí, mi mano dirigiéndose lentamente al picaporte y tomé aire antes de abrirla, encontrándome con algo que jamás creí ver.
El cuerpo de Érica estaba tendido en una cama con sábanas azules. La única luz de ingreso era la de la luna llena que ingresaba por una ventana a la derecha del cuarto. No podía ver tan claramente, pero sí podía verlo. Estaba arrodillado en el suelo, sosteniendo una de sus manos con la cabeza apoyada en el colchón, nunca había visto a Derek Hale así y no me gustaba, me hacía sentir triste.
Guardé silencio, caminando sin hacer mucho ruido. Me arrodillé a su lado y solamente dejé una mano sobre su hombro, lo sentía temblar bajo la palma de mi mano.
Miré a Érica. No podía creer lo que habían hecho. ¿Por qué matarla? ¿De que les serviría? Toda su piel estaba pálida y tenía tantas marcas en el cuerpo que me indicaba que hacía bastantes días que ya había fallecido. Sus ojos, que antes había visto abiertos, ahora estaban cerrados, su cabello que era tan reluciente se veía sucio y desarreglado, al igual que su ropa. Tengo tanta bronca encontrada, quiero que esos alfas paguen por lo que hicieron, por secuestrar a los chicos, por provocarles sufrimiento, por terminar matándola.
