004.

6.2K 548 235
                                    

Maratón ⅔

↠HOMBRES LOBO.

—Es una locura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Es una locura. Te volviste completamente loca.

—¡Es razonable!

—Es más razonable que tome esteroides a que sea... ¡Es imposible, Katania!

—¡Tu mismo lo has dicho, Stiles!

—Si, como broma.

—Pues ahora dejó de ser una simple broma. Es real.

—No lo sabes. Los hombres lobo no existen.

Suspiro irritada y aparto a mi primo del camino, sentándome en su silla frente a su computadora. Escribo la palabra licantropía y doy a buscar.

—Stiles..., mis padres son historiadores, verifican si las leyendas, mitos e historias son reales —me levanto mirándolo—. Ésto es una de ellas. Hay mucho que no conocemos de éste mundo, ¿por qué no me crees?

—¡Porque es un completa locura! 

—No estoy diciendo teorías sin pruebas —afirma frunciendo el ceño—. Soy una investigadora, siempre tengo pruebas. He visto a chicos que toman esteroides, pero jamás a uno como Scott. Es más, él nos dijo que escuchó un aullido de lobo —levanto un dedo—. Venados descontrolados, sabes que los animales sienten cosas que nosotros no, algo sobrenatural rebasa con la naturaleza —levanto otro dedo—. Mordida —otro dedo—. Y además, había pelos de lobo en el cadáver. ¡De lobo! —exclamé acercándome a él—. Me has dicho que Scott era malísimo en lacrosse y es asmático. Desde esa noche, que además había luna llena, no lo he visto usar su inhalador ni una sola vez. Sus reflejos en el campo son extraordinarios y su velocidad... es impresionable. Algo le está pasando. Algo llamado licantropía. Tu mejor amigo se convirtió en un hombre lobo. Lo sé. Y tú también lo sabes, solo que no quieres aceptarlo.

Stiles me mira fijamente y suspira, agachando la cabeza un minuto antes de volver a mirarme.

—Hay que investigar más.

Sonrío mirándolo y asiento, saliendo de su habitación. Entro a la mía y agarro todos los libros que tengo referidos a los licántropos, mi computadora y regreso a la habitación de mi primo.

—A investigar. 

Y así pasamos el resto de la tarde y noche. Él en su escritorio y yo en su cama. Leemos cada libro, cada información sacada de internet. Ya tenía conocimiento sobre ellos, pero nunca es suficiente. Siempre quiero más. Mi ansiedad y curiosidad es ilimitada. Más cuando me concentro tanto en algo. Porque estoy muy segura que el mejor amigo de mi primo es un hombre lobo. O lo será. Nos rodeamos de papeles impresos de internet. Los libros quedan alrededor de toda la habitación. Algunos abiertos, otros cerrados. Cuando se trata de una investigación, a veces hay un desorden. También hay envases de anfetaminas por el suelo, digamos que tomamos varias para no dormirnos ni distraernos.

Open Your Heart ↻ Derek HaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora