Memoria del pasado II

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Después de lo de mis quince no me hice desear mucho, sentía que no podía estar enojada con él, porque tal vez, si seguía molesta él se cansaría de mi, me abandonaría, no podía arriesgar tanto, eso me destrozaría.
Peter se portó como un ángel conmigo, pero eso solo le duró una semana, después volvió la misma persona que siempre fue.
-¿Helado?-me acercó el kilo para que agarre un poco con mi cuchara, comí y me quedé muda metida en mis pensamientos-¿en que estas pensando? Hace dos horas estas queriéndome decir algo y no estas pudiendo... ¡Podes decirme lo que sea La!
¿Cómo le digo que sus actitudes me hacen mal? Su forma de ser, porque él no se da cuenta, pero sus encantos para seducir mujeres conmigo también funcionan, solo que conmigo no registra que lo hace, ellas puede saltarles encima y besarlos, mientras que yo... Acá estoy, comiendo helado por pura ansiedad, es eso o comerme las uñas de las manos.
-No es nada, solo estoy nerviosa porque quiero que este año me vaya bien en el colegio, quiero ser abanderada
Qué patética, le dije cualquier cosa por ser cobarde.
-Siempre te fue bien-elevó sus cejas- de los dos sos la cerebrito, gracias a que estudiamos juntos me va bien, y siempre voy a estar agradecido.. Tu infinita paciencia es algo que admiro-asintió con la cabeza y me sonrió, me hizo una caricia en la cara y se me escapó un suspiro, para sorpresa mía lo notó, lo cual no se si es bueno o malo-va a irte bien-besó mi mejilla, agarró un poco de helado con su cuchara y me manchó la punta de la nariz, nos reímos juntos y lo imité.
¿Qué haría cualquier mujer inteligente? Le limpiaría la nariz de manera sexy, pero yo no soy cualquiera, estoy en la frienzone, así que agarré una servilleta y se la limpié con eso, él hizo lo mismo.
-Algún día vamos a crecer, vamos a tener treinta años y vamos a comportarnos distinto, voy a extrañarnos...-miró firmemente mis ojos- el como me seguís en todo, en todas las locuras, vas a transformarte en una persona razonable y yo... No sé que esperar de mi-se encogió de hombros- tal vez puedo transformarme en alguien mejor como vos
-Vos... Sos alguien, sos buena persona.. Tenes tus cositas, varias cositas.. Pero no quiero que cambies
"En algunas sí" mis pensamientos hicieron acto de presencia.
-No.. Yo sí debería cambiar, a quién no cambiaría por nada en el mundo es a vos.. Sos generosa.. Buena.. Graciosa.. Simpática.. Dulce.. inteligente...-sus ojitos se achinaron cuando me sonrió otra vez y me tomó de la mano- ¡no puedo esperar a que me presentas a una persona que te valore por todo eso y más! No tengo dudas de que serías una buena compañera, novia, esposa, madre... Vos sí lo serías, yo por lo menos ahora no me visualizo así
Y otra vez me quebró, ¿cuantas veces se puede quebrar a una misma persona?
Peter me dijo cosas divinas, para terminar cagándome la ilusión, ¿porque todavía siento ilusión?
Quise sacudirlo por los hombros y decirle "mirame", "por una vez en tu puta vida prestame atención", "vos podrías ser esa persona, pero no estas dándome ninguna chance".
Me tragué mis lágrimas y en vez de eso me reí como si lo que me hubiese contado haya sido algo gracioso.
-Nunca digas nunca, no sabes... Tal vez el destino te sorprende-forcé una sonrisa que él me correspondió.
Bajé mi mirada y me di cuenta de que todavía no me había soltado la mano, así que lo hice yo, rápidamente el calor que me dejó se evaporó.

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