Capítulo 7

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No sé como ocurrió pero terminé quedándome dormida en lo de Peter, al abrir mis ojos él estaba mirándome.
-¿Qué hora es? ¿Ya es de día?-quise ponerme de pie-¡ay! Me duele la cabeza-me quejé.
-Tomaste bastante vino, sabía que si te llevaba en auto ibas a vomitar, así que la mejor opción fue que te quedes, como en los viejos tiempos-elevó sus cejas.
-¿Qué hora es? ¡Tengo que ir a la oficina!-empecé a ponerme nerviosa.
-Lali es la una y media de la mañana, podes dormir, necesitas dormir, yo te aviso cuando sea más tarde, no te preocupes-tomó aire y soltó un suspiro, ¿porque era una persona tan relajada? ¡Es envidiable!
Miré a mi alrededor y me di cuenta de que estaba en su cama, la misma cama a la que seguramente llevaba a cada chica, eso me revolvió el estómago, me puse de pie y corrí al baño, vomité, Peter se asomó y me lavé los dientes, me sentía muy mal.
-¿Recordas nuestra conversación?-me miró a los ojos mientras estiraba sus brazos para rodearme con ellos.
¿Hablé? ¿Le conté todo? ¡Soy una estúpida!
-Hablamos de que me molesta que últimamente me trates como a todas tus "conquistas"-quise morirme, lo recordé.
Noté que me mandé una cagada cuando noté su cara de sorpresa.
-¿Lo soñé? No tuvimos esa conversación, ¿cierto?-quería ponerme a llorar, me delaté sola.
-Así que ese es el problema...-él tomó aire y soltó un suspiro, seguía sin soltarme- yo.. Vos no sos cualquier persona para mi, sos mi mejor amiga La
Otra daga más directo a mi corazón, pero cada vez que pasaba dolía menos, porque ya estoy acostumbrada al dolor, es horrible pensar en eso, pero eso es lo que siempre ocurre.
-Entendido, y gracias por aclararme eso Peter, son cosas que no se porqué se me cruzaron en la cabeza, vos seguís siendo el mismo de siempre
"Y eso es lo malo" malditos pensamientos.
-Y creo que eso es lo malo..-me miró firmemente a los ojos- y acá seguramente está lo que no puedo ver...
Me acorraló, ¿podía estar siendo consciente de que estaba cerca de por lo menos empezar a "ver"?
-Vos...-no sabía que decirle- yo..
-Vos y yo-completó- no sos otra persona más en mi vida, sos una de las más importante, estas en el mismo escalón que mis papás, sos mi familia.. Muchas veces no puedo creer que sigas estando a mi lado, porque sé que no te merezco.. Y me gustaría poder merecerte, vos lo dejas todo para siempre estar presente mientras que yo soy un tiro al aire, pero prometo cambiar eso, necesito que nos pongamos al día, te fuiste y estuve bastante perdido, por no decir completamente perdido-esbozó una pequeña sonrisa para animarme, me hizo una caricia en la cara que me dejó sin aire-quiero sanar nuestra amistad, porque sé que si bien todavía no entiendo como, sé que te lastimé y sería un estúpido si te dejo ir
Cada palabra fue una cachetada en mi cara, ¿esto estaba siendo real? ¿Seguía soñando?
Peter siguió acariciándome la cara sin apartar su mirada, la cercanía nuestra obviamente me puso nerviosa, ¿habrá notado que las mejillas se me encendieron? Se me pusieron rosas, lo supe, pude suspirar aliviada al recordar que había poca luz en la habitación, solo la que entraba del pasillo.
Sus ojitos se achinaron al esbozar una pequeña sonrisa, ese gesto de él me volvía completamente loca.
-Amo ver como se te están cerrando los ojos solitos-me molestó y semi dormida le golpeé el brazo-¡ey! Es demasiado temprano, dormí tranquila La, acá estoy para cuidarte
Él se acurrucó junto a mi y contuve mi respiración para que no se de cuenta de que se me había acelerado.

La alarma se puso a chillar y rápidamente dejó de hacerlo.
-Ahora sí, buen día-Peter besó mi mejilla y me cayó agua en la cara, su desodorante varonil hizo acto de presencia -¿desayunamos?
Ni abrí mis ojos que él estaba acelerado, cuando lo hice tenía una toalla por la cintura, tapándole lo que sería una distracción y no pude evitar evaluarlo, Peter me miró burlón.
-Mi cara está acá-se señaló bromeando, eso me hizo sonreírle.
-¿Puedo bañarme? Y necesito ropa, ¿me prestas algo? Los jeans me los puedo poner de nuevo, pero necesito una remera
-¡Obvio! Y lo de la remera.. Voy a darte una reliquia de cuando era más chico, las demás te quedarían enormes
-Da igual, gracias-él me pasó una toalla limpia y me fui por el pasillo, una vez en el baño encendí la ducha, no recordaba mucho de anoche, ¿habría hecho una estupidez?
Me bañé y me puse mis jeans, le robé su desodorante, me cepille los dientes, me sequé el pelo con la secadora y escuché que tocaban la puerta.
-Acá está-solo metió su mano con una remera, decía The kooks, el nombre de una banda que siempre le había gustado, me la puse sin corpiño, no pensaba usarlo de nuevo, al salir lista caminé hasta la cocina, Peter había preparado café, se le volcó parte de lo que había adentro al verme.
-Estas.. Arriba..-me señaló- no podes ir así por la vida..
Dejó la taza en la mesada y se alejó, al cabo de unos minutos llegó con una campera de algodón y me la puso, me cerró el cierre.
Eso me causó gracia, ¿que estaba haciendo?
Después se agachó para limpiar el suelo.
-Otra taza de café-me dio una y noté que le estaba costando mirarme a la cara, ¿esto podía contar como una pequeña victoria? ¿Lo mejor de todo? No lo había planeado, no planeé provocarlo, era obvio que él estaba incómodo, intimidado.
-Gracias Pit-llevé mi taza a mi boca y tomé un poco-y no pasa nada-abrí el cierre de la campera-¡free nipples! ¿Conoces ese movimiento? Dejar los pechos libres, hoy en día hay una corriente del feminismo que no se preocupa por eso, esto-llevé mi mano a mis pechos- es algo normal, ¿porqué es tabú y hay que usar sostén?
Su cara se transformó en un poema, no lo pudo evitar, clavó su mirada donde estaban mis manos, en mis pechos, las aparté de ahí y tenía marcado el pezón, Peter mordió sus labios y se puso a terminar su café.
-Como quieras, pero para mi no da que vayas así a la oficina
¿Elevé mis cejas?
-¿Estas hablando enserio Pedro? Vivís desfilando por todos lados con tus gatitos de turno que sí están desnudas, yo no estoy desnuda
Volvió a cerrar su campera con el cierre.
-Vos no sos así, no necesitas hacer esta clase de cosas, vos sos una chica fina Lali, tímida, no te gusta llamar la atención..
Sus actitudes me tenían en alerta, no entendía porque se estaba saliendo con las cosas que se estaba saliendo, sin saberlo empezamos una discusión absurda, él se negaba a que saliera del edificio así mientras que yo a esta altura le hacía la contra solo para sacarlo de sus casillas.
-¿Vas a irte sin terminar de hablar?-captó mi atención cuando puse mi mano sobre el picaporte de la puerta.
-¡Cómo si nunca hubieses visto algo así Peter!-me levanté la remera solo por quince segundos, pero eso solo bastó para que él abra sus ojos como platos, impactado, la confusión que le causé con ese acto me dio mucha gracia.
-¡No vuelvas a hacer algo así! ¡Nunca!
-Peter, seamos sinceros como siempre lo fuimos, ves pechos todos los días de tu vida.. ¿Qué tanto te asusta que no use corpiño?
-Es que vos no... Vos..-no podía formular una oración- ya hablamos de esto, ahora voy a dejarte en tu casa, te vas a cambiar y recién ahí vas para tu oficina
-No sos mi papá Juanpe-lo fulminé con la mirada- yo soy adulta, tengo treinta años, sé lo que hago, así que no me mandes, no me digas lo que tengo que hacer o no-lo fulminé con la mirada.
Nunca le puse límites, por eso se quedó estático.
-Es que no podes ir así.. No podes.. ¡Sabes como son las personas! Son babosas, y sus pensamientos pueden.. y hay gente que se toca.. que es degenerada.. no quiero que pases por algo así
Punto para Juan Pedro, en eso sí tiene razón.
-No me gusta que te expongas así porque no quiero que te miren-soltó como si nada- nunca quise que te miren, por eso siempre te mantuve al margen de la exhibición de las redes y eso, porque sos una persona muy angelical, muy pura y.. Porque te cuido.. y sé que sos tímida, sé que todo ese tipo de cosas te agobian-me hizo una caricia en la cara- me preocupo, y por eso me ocupo..
Mis ojos se cristalizaron de la emoción.
-No soy un ángel Peter, no soy pura, no tengas en tu cabeza la idea de que soy virgen
-Seguro que no sos virgen, porque sabes poner caliente a las personas-¿qué? Peter se rió nervioso y negó con la cabeza- olvida lo que dije recién, vamos, te llevo a tu casa
-No, dejame directamente en la oficina, estoy llegando tarde
-¡No me hagas seguir discutiendo Mariana! No no no
-¡Basta Lali!-me tomó por los hombros clavando sus ojos en los míos-¡no quiero que te miren! Que te miren.. Nadie se merece el honor de mirarte de esa manera
-¿Y vos sí?-lo desafié con la mirada, estaba jugando con fuego, pero era imposible que él cayera en mi "trampa" y se quiera quemar voluntariamente.
-No.. Yo tampoco merezco ese honor-la voz le tembló- nadie.. Bueno.. Lali, te llevo a tu casa, no sigas así, porque cada segundo que pasa pienso cosas que no debería estar pensando
-¿Qué?-volví a desafiarlo.
Me acerqué y lo abracé apegándome a su cuerpo.
-No... No está bien, esto no esta bien-negó con la cabeza- no sos cualquier persona, no.. No puedo permitírtelo, sos mi amiga La-miró al techo molesto- no sigas, vámonos
-¿Qué te pasa ahorita mismo Pedro?
Y eso fue todo, él estampó sus labios sobre los míos y me besó con hambre, fue de manera algo violenta, pasional, me rendí y terminé rodeando su cuello mientras nos besábamos, estaba viviendo un sueño, me agarró la necesidad de respirar y me aparté solamente un poco, sentía su respiración en mi cara.
-Eso... Y eso no esta bien-se alejó y abrió la puerta-vámonos Lali-me hizo señas para que salga al pasillo.
Nos quedamos en silencio hasta que nos subimos al ascensor, no sabía como seguir, ninguno habló hasta llegar a la entrada principal, me subí en su auto del lado del acompañante y lo vi poner la radio.
Cuando creí que iba a llevarme a mi casa me sorprendió dejándome en la puerta de mi oficina.
-Tenes razón, no puedo pretender que hagas lo que yo quiero, sos libre de hacer lo que se te cante, sos adulta, tenes cara de angelito, pero no lo sos.. Me quedó claro
Me lanzó una última mirara que hizo que se me pusiera la piel de gallina, llevé uno de los dedos de mi mano a su boca y lo pasé sobre tus labios.
-Era labial...-me reí de los nervios- bueno, gracias por traerme-besé su mejilla y me escapé.
¡¿Qué carajo había pasado?!

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