Capítulo 11

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Me operaron y me quedé toda la noche, al día siguiente me dieron el alta, cuando llegué al departamento de Peter dormí bastante, todavía estaba medio drogada por todo los calmantes, pero de un momento a otro ese efecto se fue, y el dolor se volvió insoportable, tuve que tomar tramador, un medicamento muy fuerte, entre eso también me dieron antibióticos, y mil cosas más, me sentía una viejita, tenía una lista larga de fármacos que no podía ignorar.
-Hola La-Peter me trajo el almuerzo a su cama-¿como estas sintiéndote?
Lo ignoré.
-Por lo menos podes decirme bien, mal, quiero que me lleves al baño porque quiero orinar, Peter abrí la cortina así veo la luz solar..-me miró a los ojos con profundidad.
Silencio.
-Entiendo, me estas aplicando la ley del hielo, yo también estaría haciendo lo mismo si tengo al culpable de mi accidente cara a cara-tomo aire y soltó un suspiro, caminó para acercarse a mi y se sentó en el borde de la cama- entiendo tu enojo, pero que el orgullo no haga que si realmente necesitas algo o te sentís mal me lo ocultes y te calles-elevó sus cejas-¿entendiste? 
Asentí con la cabeza sin dirigirle la palabra.
-Por cierto, voy a comprarte una pizarra para que por lo menos me respondas por escrito
Negué con la cabeza.
Agarré mi teléfono celular y escribí "No hace falta", hice que el mismo aparato lo dijera en voz alta con una voz robótica.
Peter se puso serio.
-¿Posta La? ¿Ahora sos Stephen Hawking? ¿Va a hablarme tu teléfono por vos?
Asentí.
-Ok, algo es algo
Se mostró molesto, se puso de pie y dejó un beso pausado en mi frente, quise apartarlo pero no pude hacer mucho porque me dolía el cuerpo.
-Podes pedirme Peter quiero que te alejes
"Pedro quiero que te alejes" escribí en mi teléfono e hice que eso sonara por toda la habitación.
-Bueno.. Cualquier cosa me llamas, ahora tengo una reunión, pero la voy a tener desde acá, así que por cualquier cosa podes escribirme o llamarme-me lanzó una última mirada.
Cerré mis ojos porque el dolor estaba volviéndome loca, el resto del día intenté descansar pero mucho no pude, para colmo tenía que dormir boca arriba.

Tres días después mis amigas pasaron a visitarme.
-Estas hecha mierda-Eugenia miró mi mesita de luz llena de cajitas con pastillas, había una lista larga donde decía que tenía que tomar en que hora.
-Gracias, ya lo sé, y me quiero matar boluda, ¡quiero volver a mi casa!-me quejé fastidiada, el sentirme mal me había cambiado el humor, me tenía triste, me sentía inútil.
-Tal vez no es tan malo, lo tenes a Peter comiendo de la palma de tu mano...-Candela elevó sus cejas.
-Lo último que tengo en mi cabeza es ligarme con Juan Pedro, además, ¿me ven capacitada para ligarme con él?-me señalé- estoy hinchada, dolorida y horrible
-No estas horrible, no voy a permitir que te digas eso-Candela negó con la cabeza- estas normal, como cualquier persona que se operó estaría.. recién pasaron unos días de tu operación
-¡No hablemos de eso! Me faltan meses para volver a caminar, y tengo que hacer rehabilitación... me quiero matar-me golpeé la frente con una de mis manos.
-Pero nosotras estamos para vos-Eugenia esbozó una pequeña sonrisa y me tomó de la mano para animarme, Candela hizo lo mismo.
-Soy tan afortunada de tenerlas
-Nosotras de tenerte-Eugenia me respondió.

Peter se sentó frente a mi, estaba harta de ir de la cama al baño del baño a la cama, tuve que permitir que me ayude a bañarme, que poco sexy, tenía que sentarme en una silla abajo de la ducha, él me sacaba el short de algodón y el resto intentaba hacerlo yo, solía pedirle que se alejara, él me esperaba parado atrás de la cortina.
Quería llorar y gritar porque no soportaba verme tan mal, si me veía frente a un espejo me angustiaba.
-A ver, semana número dos conviviendo juntos.. ¿Vas a saludarme por lo menos?-me miró y no le hablé-¡Lali me estoy empezando a desesperar! ¿Llamo a mi terapeuta para que hable con vos?
¿Desde cuando Peter va a terapia? Me dio curiosidad saber más acerca de eso, pero tenía que seguir firme con la decisión de no hablarle.
"No podríamos tener al mismo terapeuta" escribí en mi teléfono e hice que una voz lo leyera.
-Puedo buscarte a otra persona, así por lo menos hablas, hace días solo hablas con tus amigas o te mandas mensajes con tu familia
"¿Mi familia te está contando lo que hablo con ellos?" salté a la defensiva.
-Algunas cosas-soltó un suspiro.
Quería putear a los traicioneros de mi familia, agarré mi teléfono y mandé un audio en mi grupo familiar.
-¡Traidores! ¡No le cuenten lo que les cuento yo a Juan Pedro! Les recuerdo que por él estoy mal del pie-exageré.
Cuando levanté mi mirada Peter me miró a la cara, había hablado frente a él.
-Por lo menos siguen funcionando tus cuerdas vocales-comentó con ironía.
Le hice señas para que se fuera y me deje sola.

-Entonces, hiciste todo un plan retorcido para captar su atención y todo empeoro..-mi nueva terapeuta Emilia me miró con seriedad- ¿no se te ocurrió pensar que era una muy mala idea?
-Sí.. Pero soy algo terca, orgullosa-me reí de los nervios- y bueno, ahora la vida se encargó de hacerme saber que esto es mi karma, convivir bajo el mismo techo de Juan Pedro es mi karma
-Y el suyo-Emilia agregó y elevó sus cejas- vamos a trabajar en terapia, en profundidad cada una de las acciones que hiciste desde tu infancia, por lo que me contaste él siempre fue demasiado tonto como para no notar de que siempre le hablabas de él mismo, de que él era ese chico del cual estabas tan enamorada.. Y todavía lo estas..-hizo una pausa.
-No.. No sé si sigo enamorada como antes-me sinceré, admitirlo en voz alta me estaba causando dolor- me hizo mal por mucho tiempo, obvio que lo quiero, no puedo arrancar el cariño pero... No lo sé, estoy muy confundida, ahora solo quiero enfocarme en recuperarme, en ser feliz, reírme, hace mucho nl me río..
Emilia me miró y asintió con la cabeza, se quedó escuchándome, prestándome toda la atención del mundo.

Desperté por la madrugada, escuché a dos voces hablando, supe que Peter había llegado de trabajar, hoy era Viernes y seguro el bar había estado lleno de gente.
Quise ser mosca para escuchar con claridad la conversación.
-¡No se que hacer Chino! ¡No se que hacer! Soy un boludo, sé que soy un boludo, que me lo merezco, pero.. Me estoy volviendo loco, la extraño.. La extraño.. La veo decaída y no sé que hacer-Peter se quedó en silencio.
-¿Probaste con pedirle una especie de tregua? Seguro para ella todo esta siendo muy difícil ahora, y  necesita entretenerse, salir de acá adentro..
-Ni me dice "buenos días", ¿crees que me va a permitir que la saque a dar un paseo?
-Tal vez.. Le va a venir bien respirar otro aire, y a vos también Peter, desde que ella está mal no estas durmiendo bien por si te escribe o te llama, estaría bueno que intenten estar en paz
-Cómo si fuera tan fácil..-la voz de Peter se apagó.
-Ey, amigo tengo que irme, cualquier cosa me podes llamar, ¡gracias por esta botella de vino!
Se despidieron y la conversación de ellos empezó a dar vuelta por mi cabeza, estaban hablando de mi, claramente estaban hablando de mi, tal vez podía levantar la bandera de la paz por un día, un solo día.
Me hice la dormida cuando entró a la habitación, me hizo una caricia dulce en la cara.
-La la land, llegué demasiado lejos, ¿no? Nunca me di cuenta, te juro que nunca me di cuenta de todo lo que te hice, y seguro te hice tantas cosas que ni las podes contar con los dedos de tu mano-su voz se quebró- voy a intentar hacer las cosas bien.. No quiero que te alejes, nunca quise que te alejes.. y verte tan distante me hace.. Me hace sentirme solo.. y nunca estuve solo, no se estar solo, porque vos siempre estuviste ahí
Sentí su respiración en mi cara cuando besó una de mis mejillas, me hizo una última caricia y se apartó.
-Dulces sueños La
Y se alejó, mi corazón quedó revolucionado, ¿realmente no seguía enamorada de él de la misma manera que antes?

Cazadora de sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora