Capítulo 13

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El olor a tostadas me despertó, Peter me trajo una bandeja con cosas para desayunar.
-Traje doble de todo para compartir-elevó sus cejas y le sonreí-¿me permitís sentarme a tu lado!
-Es tu cama Juanpe-le respondí con obviedad- podes
-Te lo consulto porque hace unos días ni me dirigías la palabra, tal vez no me querías cerca
-Ahora vos sos el dramático-tomé aire y solté un suspiro- no me recuerdes el que por mucho tiempo no te hable porque me dan ganas de no volver a hablarte de nuevo-lo desafié con la mirada y eso lo hizo reírse.
-Siempre tuviste tu carácter, bueno, de chiquita, pero después no sé que pasó... Te transformaste en una persona más "correcta" y tranquila.. Me gustaba la nena que me perseguía por todos lados diciéndome que me iba a transformar en vampiro
-¿Te gustaba ser mordido?-elevé mis cejas y él me sonrió, asintió con la cabeza y despejó un mechón de pelo que me estaba tapando la cara.
-¿Seguís teniendo descendencia vampírica?-estiró su cuello ofreciéndomelo.
Decidí seguirle el juego y se lo mordí suavemente, el aroma a su perfume me inundó las fosas nasales y quise atacarlo de otra manera, quería besar su cuello, pero me contuve.
-Gracias por el desayuno, se ve genial-agarré una tostada, Peter ya las había untado con queso crema y dulce de durazno, me conocía tan bien...
-Me gusta verte mejor..
Giré mi cara y me estaba mirando, él pasó uno de sus dedos por mis labios y se lo lamió, esa sola acción me desconcertó de comer, se me fue el hambre, un nuevo tipo de hambre ocupó mis pensamientos.
-Gracias-esbocé una pequeña sonrisa.
Tomé un poco de café con leche y pudimos compartir una parte de la mañana juntos, Peter después tenía compromisos, así que me dejó en la casa de mi amiga Eugenia para que no me quede sola.
-Cada vez que me contas cosas nuevas de Peter me siento más confusa..
-¡Imaginame a mi boluda! Me confunde, constantemente me confunde, pero siento.. No sé, tengo un presentimiento de que algo sí puede llegar a pasar esta vez, pero tampoco quiero ilusionarme..
-Es algo muy jodido.. Que jodida es la vida, ¿no?-Eugenia se cruzó de brazos, ambas suspiramos- solo no le exijas más de lo que él quiera darte, sé que llevas años esperando que te "note" de otra manera, los hombres como Peter se asustan mucho con los compromisos y todo eso, pero que te haya dejado entrever que no es que no le importa lo que está pasando entre ustedes es un paso muy importante
-Buen.. Buen punto-no pude evitarlo, le sonreí, ¿cómo no ponerme nerviosa y sentirme esperanzada? Por la madrugada Peter me besó, fue uno chiquito, fugaz, ni tuve tiempo de disfrutarlo.
-¡Brindo por tu felicidad amiga!-Eugenia agarró su vaso con gaseosa y lo chocó con el mío-¡que porquería! Soy adicta a esta mierda llena de químicos
-Lo sé, deberías intentar dejarlo de nuevo-elevé mis cejas.
-Habló la que no pudo no hablarle de nuevo a Juan Pedro-ahora ella elevó sus cejas.
Y me cagó, estábamos a mano, ambas éramos unas flojitas.
Terminamos de almorzar juntas y ella se tenía que encargar de un asunto importante, Eugenia trabajaba como diseñadora de interiores, tenía un muy buen gusto para crear ambientes, me dejó en mi oficina, donde estaba Candela.
-¡Hola Lali!-me saludó mi secretaria y mano derecha Celeste-¡se te extra mucho por acá!
-¡Yo también los extraño a todos!-me sinceré, se acercó a mi y se agachó para abrazarme, odiaba el hecho de ir en silla de ruedas a todos lados, pero sobretodo que me tengan que llevar por no poder hacerlo por mi propia cuenta, Eugenia había subido por el ascensor conmigo.
-¡Hola La!-Candela me besó la mejilla- gracias por venir, todos te querían ver
Y sí, nuestros trabajadores me saludaron con buena onda, pero yo me sentía inútil, odiaba que me miraran con pena.
-Yo quiero trabajar por lo menos un rato, ¿podes ponerme al día?
Ella me miró a los ojos.
-¿Estas segura?-preguntó y asentí con la cabeza.
No hice mucho, solo estuve con ella una hora y media hasta que Peter se apareció, se saludaron noté que mi amiga estaba rara, le lanzo una mirada letal.
¿Ahora que cagada se había mandado Juan Pedro? Solo pensarlo hizo que automáticamente me sintiera mal.

-Bueno, ¿que tal tu día?-Peter sacó tema de conversación mientras volvíamos a su departamento en auto, estaba manejando demasiado rápido.
-Vas a chocar y vamos a morir los dos, ¿podes bajarle a la velocidad? Así no me voy a recuperar nunca.. No voy a poder volver a la normalidad
-Sos una exagerada- se rió- bueno, bajo la velocidad, pero me consta que vamos a llegar tarde
Me quedé pensativa... ¿a donde?
-¿No estamos volviendo a tu departamento?-dudé extrañada.
-¿Podes no hablar hasta que apague el motor?-me lo pidió de manera amable, no tuve otra que hacer caso, solo se escuchaba la música proveniente de la radio.
Peter estacionó el auto y hizo "malabares" para ayudarme a subirme nuevamente a la silla de ruedas, me contuve para no preguntarle el que íbamos a hacer.
Me llevó con la silla hasta un lugar bastante iluminado y cálido, una pizzería, pero no estábamos donde el resto de las personas estaban, era un sector privado, solo para nosotros, ahí estaban mis amigas y los viejos amigos nuestros, Agustín, Gastón y el Chino, acompañado de una chica que supuse que era su novia.
-¡¿Qué?!-miré a Peter sorprendida-¿y esto?
-Sentí que te gustaría juntarte con nuestra gente querida, y eso te levantaría un poco el ánimo-elevó sus cejas y le sonreí, asentí con la cabeza.
-Gracias Peter-le hice una seña con su mano para que se acercara y besé su mejilla- decoraste todo..-seguí sorprendida y miré mi alrededor-no es mi cumpleaños-bromeé.
-No lo es, pero te debo varios festejos de cumpleaños juntos, bueno, la parte de la vela..-de pronto se puso nervioso, se quedó jugando con sus manos pensativo- no puedo remediar todas esas veces en las que te fallé, pero puedo intentar hacer algunas cosas bien ahora..
Sus palabras me retumbaron en mi interior, ¿estaba hablando enserio?
Poco a poco nuestras personas queridas me fueron saludando.
-Ella es Úrsula, española, mi novia-el Chino me la presentó y me sentí muy feliz por él.
-Hola-ella me sonrió con alegría y simpatía- un gusto conocerte Lali
-No estoy en mi mejor momento..-me señalé y ella me sonrió.
-No se nota, te ves muy bien-me hizo un cumplido y me guiñó un ojo.
-¿Tengo que ponerme celoso?-el Chino agregó haciendo el ridículo.
Entre todos me hicieron reír mucho, no se cuanto tiempo pasó pero disfrute cada segundo, en un determinado momento llegó una torta de chocolate y miré a Peter divertida.
-¿Vas a cantarme el feliz cumpleaños? Trae mala suerte desear eso antes de tiempo, igual más mal suerte de la que yo tengo..
Peter puso su mano sobre mi boca y todos se rieron.
-Vamos a cantarle a la vida, a este momento lindo..
Su mirada me intimidó, me tomó de la mano y todos cantaron un "feliz feliz en tu día"-cada uno señaló hacia ambos lados apuntándonos entre nosotros- "amiguitos que dios nos bendiga, que reine la paz en nuestros días, y que sigamos viviendo mucho más"
La nueva versión de la canción me dio gracia, y al mismo tiempo ternura, habían hecho todo esto solo para que me sintiera mejor, mimada, sabía que Peter sabía lo difícil que era para mi estar lejos de mi familia.

-Estas cansada-Peter adivinó- pero querías bañarte, ¿no?
-Sí.. y sí, pero voy a bañarme-asentí con la cabeza.
Terminé con el baño y me desvestí como pude, mientras sentía el agua recorrer mi cuerpo estaba intentando de caer y procesar lo que había pasado, la gente que quiero me dio una sorpresa, Peter estuvo gran parte del día atrás de eso.
Estaba cambiándome cuando Peter tocó la puerta del baño.
-¿Necesitas ayuda? No seas orgullosa y sé sincera..
-Para moverme de acá a la cama..
Abrió la puerta y me vio toda desaliñada, despeinada como solía verme cuando éramos chicos y en verano salíamos de la pileta.
Me ayudó, me recosté en la cama y me cubrió con las sábanas.
-Estoy teniendo un deja vú-elevó sus cejas mirándome firmemente a los ojos- tu mamá te perseguía para peinarte el pelo..-él sacó el peine que había dejado en la mesita de luz- e intentaba arreglar el desastre..
Y lo hizo, se puso a peinar mi pelo con cuidado, tratando de no hacerme doler por los nudos, estaba muy concentrado, cuando terminó de hacerlo nos quedamos mirándonos.
-Pero no sos mi mamá... ni mi papá ni mis hermanos-le aclaré y los dos nos reímos juntos.
-Eso lo se... y lo de los hermanos...
-Soy la hermana que nunca tuviste-repetí las palabras que escuché durante años- peor, tu hermano
Peter puso sus ojos en blanco mirando al techo.
-Yo... Me está costando mucho esto.. la cercanía de este momento que hay entre los dos-soltó un suspiro molesto, por suerte no conmigo- no quiero confundirte e ilusionarte, sobretodo porque estoy sintiéndome confundido, y ya te hice tanto mal que no quiero seguir con eso... Cuando éramos chicos y.. Cada vez que era el momento de la torta en tus cumpleaños yo llegaba tarde, y al verte a los ojos... Me sentía la peor mierda del mundo, vos siempre me lo diste todo y yo...-hizo una pausa- la palabra es cobarde, siempre me comporté como un cobarde, porque vos eras mucho más arriesgada que yo, aunque creas que no, y te recuerdes tímida.. Siempre tuviste todo mucho más claro, bueno, para mi vos eras mucho mejor que yo, seguís siéndolo.. Quería por una vez en la historia ser la persona que te hace sonreír, no la que te hace sufrir..
No esperé nada de esto, otra vez apareció el cosquilleo en mi interior, se volvió más fuerte.
-No entiendo... ¿A que va todo esto?-me quedé mucho más confusa.
-Me importas La, siempre me importaste, siempre te adoré, sos la persona más buena, generosa y divertida del planeta tierra-elevó sus cejas y esbozó una pequeña sonrisa, después se le borró- y es obvio que no te merezco, lo sé y todo nuestro círculo lo sabe... Pero.. Llamame egoísta, y pienso aceptar el que soy eso, solo.. En este preciso instante no quiero alejarme-me miró a los ojos, ¿cuando terminó recostado a mi lado, instintivamente le hice una caricia en la cara, besé dulcemente una de sus mejillas- sos hermosa-soltó como si nada.
Levanté mi mirada y me encontré con la suya.
-Tanto... ¿Tanto tuvo que pasar para que hayas decidido intentar mirarme de otra manera?-se me formó un nudo en la garganta, la impotencia hizo que desapareciera toda las ganas de ver lo bueno que había pasado.
Se formó un silencio incómodo, no quería saber su respuesta.
-Cuando éramos chicos...-la voz se le cortó- olvidalo, sí, soy una mierda-besó mi frente y se apartó de mi- lo merezco, descansá La, cualquier cosa me llamas, ¿dale?
-Dale-respondí completamente mareada, ¿qué había sido esto último?

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