Memoria del pasado VIII

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-Felices dieciocho La-Peter me rodeó con sus brazos sonriéndome, sus ojitos se volvieron chinos.
-¿Cómo?-elevé mis cejas mirándolo.
-Sé que este es uno de los lugares que más disfrutas, donde realmente podes descansar, y estuviste muy tensa últimamente, los parciales y eso te tienen loca, ¿o me equivoco?
-No te equivocas..-me reí, él sí me conocía-¿llegaste hace mucho? ¿Mis viejos te dieron el otro juego de llaves.
-¡Sí! Hace unas horitas, ¡ya quería verte! pero quería que sea sorpresa, justo a las doce..-me sonrió y me hizo una caricia en la cara- ¡así que tenemos todo el fin de semana en la costa para disfrutar y para disfrutarte!
-No viniste solo.. ¿no?-me sorprendí.
Nuestros amigos hicieron acto de presencia y me saltaron por atrás, por poco me infarto, me puse muy feliz.
-¡¿Cómo se te ocurrió la "brillante" idea de irte a la costa sola un día antes de que sea tu cumpleaños?!-Candela me regañó.
-Necesitaba.. Descansa y meditar.. No todos los días una cumple dieciocho años, ¡ya soy mayor de edad!-la miré y elevé mis cejas, todos nos reímos.
Abandonamos el departamento de la costa de mi familia y llevamos cervezas a la playa, no había mucha luz, la que predominaba en la oscuridad era la de la luna y la de los barcos pescadores.
Cuando se hizo más tarde todos me cantaron el feliz cumpleaños, habían traído un alfajor e intentaron encender una vela, pero el viento no lo permitió.
-¡Pedí deseos!-Gastón me animó y cerré mis ojos, deseé el tener siempre a mis seres queridos en la vida, ser exitosa en mi trabajo y que Peter me note, pero en ese momento no supe que iban a faltar doce años más para que se haya atrevido a decírmelo, que nunca le fui indiferente, que siempre me notó.
Todos aplaudieron y me abrazaron cuando abrí mis ojos, Peter me estaba mirando con una sonrisa, iba a besarme la mejilla pero por un error de cálculo al movernos dejó un beso corto en mis labios, un pico, me reí completamente nerviosa, él simplemente me dio otro abrazo y nunca más mencionamos ese episodio, por suerte nada lo vio.
Por la noche no pude dormir bien, quería besarlo, quería besarlo de verdad, pero por ahora iba a tener que conformarme con ese "error".

Cazadora de sentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora