Capítulo 15

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-Estas confundida-determinó mi terapeuta Emilia- muy confundida... y él también esta muy confundido.. Lo que está claro es que no le sos indiferente, que no solo te ve como su amiga, y según sus palabras es algo que viene "arrastrando" desde hace años, le está pasando con vos..
-Yo... Siento felicidad y miedo al mismo tiempo, toda la vida fui demasiado transparente, no quiero.. No quiero llorar, no quiero seguir llorando por él, lo quiero.. eso sí que lo sé que lo quiero, y que si lo soporte a mi lado solo como amigo a mi lado aún sufriendo es porque sé que aunque no lo parezca él vale la pena.. Él es bueno.. y estos días estuvo comportándose de una manera muy dulce-tomé aire y solté un suspiro- no quiero ilusionarme y después darme la cabeza contra una pared pero me es... Imposible no pensar en que existe esa probabilidad
Emilia se me quedó mirando pensativa.
-¿Volviste a hablar del tema con él?
-No...-negué con la cabeza- solo estuvo cuidándome mucho, y tampoco intentó otra cosa conmigo, tomó un poco de distancia, yo creo que eso lo hizo para no agobiarme, descubrí que estoy demasiado sensible y susceptible a todo.. El otro día estaba boludeando en las redes sociales y quise matarme por no podes estar recorriendo la ciudad, había un solcito hermoso, Peter me saca, pero no es lo mismo que poder hacer las cosas sola.. Además es algo así como mi enfermero, siento que me transformé en una carga, y no quiero ser eso, no quiero que eso siga desgastando nuestra relación, porque aunque trate de ignorarlo nos pasó tanto que nuestra relación sí se desgasto, solo que ahora estamos sanando... Estoy sanando..
Nunca me había puesto a analizar puntualmente todo lo que viví, lo que sí, ahora me sentía más aliviada, poco a poco iba soltando recuerdos feos que me habían hecho mucho mal.
-Gracias por todo Emilia-le pagué y ella esbozó una pequeña sonrisa, se acercó y me dio un abrazo.
Alguien tocó la puerta y se apareció Eugenia.
-Hola Emilia-la saludó amigable- me llevo a mi amiga
-Nos vemos-Emilia nos saludó a las dos.
Eugenia me ayudó a subirme a mi silla de ruedas y me arrastró hasta el ascensor para irnos.
-¿Todo bien?-su curiosidad no se hizo esperar.
-Supongo que sí-tomé aire y solté un suspiro.
-Hoy tenemos turno con tu cirujano, no te acordas mucho de él, ¿no?
¿Qué era esta clase de pregunta?
-No, estaba demasiado drogada y cansada, ¿tengo turno ahora mismo?
-Sí-Eugenia asintió con la cabeza, me ayudó a subirme a su auto- estaba demasiado interesado en vos.. ¡un desubicado total! ¡Sos su paciente!
-No lo creo, los profesionales de la salud suelen ser profesionales
-Esperá a verlo ahora
No quise discutir, Eugenia estaba diciendo una locura, ella me llevó a la clínica en la que me habían operado, Peter estaba esperándome.
-Peter notó lo mismo que yo la vez pasada, no es casualidad que esté acompañándote en la consulta-Eugenia me susurró esas palabras en el oído y negué con la cabeza.
-Estas loca-me reí y ella elevó sus cejas.
-Prestá atención-fue todo lo que me dijo y me besó la mejilla, a Peter lo saludó con la mano- vas a tener que ganarte mi cariño, ¡seguí remando!
Peter se rió y Eugenia le hizo "fuck you", ella terminó riéndose con él.
Esperé a que mi cirujano me llame, cuando escuché mi nombre y apellido Peter me ayudó a entrar al consultorio.
-Mariana Espósito-el hombre me miró y me sonrió- soy Santiago Mocorrea
-Moco y diarrea-Peter habló en voz baja y me volteé para mirarlo mal-¡un gusto verlo de nuevo Mocorrea!-lo saludó con la mano, Santiago no le prestó mucha atención, me miró a mi.
-Vamos a ver como está tu pie
Me tuve que recostar en la camilla y Santiago me sacó la bota ortopédica, después se deshizo de mi yeso, ver las heridas me impactó, me tocó el pie para ver como estaba.
-Voy a sacarte los puntos-me dijo como si nada y entré en pánico, nunca me habían operado antes-no va a pasar nada-me aseguró.
Cerré mis ojos por la impresión y me aferré al brazo de Peter como si fuera una nena chiquita.
-Listo Mariana, podes abrir los ojos-Santiago me avisó, cuando abrí mis ojos él me sonrió- vas a seguir cuidándote mucho, todavía tenes que usar la bota, y no podes pisar, falta mucho tiempo para eso
"Mucho tiempo", ¿puedo matarme?
-Vas a venir dentro de un tiempo a verme de nuevo-Santiago se fijó su agenda en la computadora de la clínica- te voy a dar una fecha y te va a llegar por mail, igualmente para tus consultas y ante cualquier cosa voy a darte mi número de teléfono personal
Mi cirujano me pidió que le de mi celular para poder agendarse.
-¿Los profesionales de la salud no tienen tarjetas? Así como los empresarios también las tienen.. Mejor es que le des una tarjeta, es más profesional-agregó Peter elevando sus ojos, recién ahora Santiago le prestó bastante atención.
-Se me terminaron-Santiago le sonrió y después me sonrió a mi.
-Ya que estas podes pasarme tu número-Peter agarró su teléfono y se lo pasó a Santiago- podes agendarte como profesional de la salud, seguro sos muy profesional
-Claro-Santiago le anotó su número a Peter y volteó para encontrase con mi mirada- me alegra que estes mejorando-me ayudó a sentarme en mi silla de ruedas y me saludó con un beso en la mejilla.
Peter hizo lo mismo, él fue quién besó la mejilla de Santiago.
Cuando abandonamos la clínica y me subí al auto de Peter me quedé extrañada las actitudes que había tenido, ¿podía Eugenia haber tenido razón? Se comportó como un nene chiquito al que no le gusta otra persona porque teme que le van a robar su juguete favorito.
-Peter..-no sabía si preguntar o no-¿crees que Santiago es un buen profesional?
-Sí... Solo para operar, porque para tratar a pacientes es medio desubicado-aceleró el motor de su auto.
-No hizo nada desubicado, solo agendó una cita para seguir viendo la evolución de mi pie y me pasó su número en caso de..
Me interrumpió.
-En caso de algo me llamas a mi , pongo una sirena en el techo de este auto que nos esta trasladando ahora mismo, todos se abren paso en la calle y llegamos a la clínica en menos de cinco minutos
-Estas exagerando demasiado...-no se lo dejé pasar.
Se quedó mudo por el resto del viaje y paró en los Lagos de Palermo.
-¿Qué vamos a hacer?-me agarró intriga.
-Vamos a pasear, ¿crees que no se que odias estar encerrada? Yo tampoco tuve mucho tiempo de ocio para mi, muchas reuniones, problemas con el bar que pienso abrir en Miami...-tomó aire y soltó un suspiro, no me había dado cuenta de que él también podía tener sus cositas agobiantes- en fin, vamos a tomar algo de sol, esta lindo el clima..-esbozó una pequeña sonrisa y bajé del auto con su ayuda, me llevó en la silla de ruedas a dar la vuelta por el lago, veía a los patos alejarse cuando nos veían acercarnos a ellos y morí de amor con los patitos bebés que seguían a su mamá.
-Peter-lo llamé y él dejó de llevarme para mirarme a los ojos- gracias por estar acá conmigo.. Me dio miedo lo de los puntos de mi pie..
-Ey, no pasa nada-esbozó una pequeña sonrisa y besó mi frente, después me hizo una caricia en la cara- sé que harías lo mismo por mi... Te conozco Lali, te conozco mucho...
-Así que mucho...-también esbocé una pequeña sonrisa y elevé mis cejas-lo que pasó en la consulta médica... "moco y diarrea", divertido, ¿no? Reírte frente a las narices de mi cirujano, menos mal que no te prestó atención
-Claro que no me presto atención-miró al cielo serio, tiré de su brazo que me mire a mi.
-¿Me parece a mi o estabas un poco celoso?
Y sí, lo tomé por sorpresa, en vez de darle mil vueltas al asunto y negarlo hizo algo que no esperé, se agachó y me besó dulcemente en los labios, después de volvió demandante, la temperatura en mi cuerpo fue aumentando, bruscamente se apartó.
-Un poco-soltó un suspiro y me sonrió.. ¿alegre?- pero no tiene este placer de poder hacer esto...-me guiñó un ojo coqueto.
Aún no estoy acostumbrada a que me coqueteé.
-¿Y vos sí?-me reí desafiándolo con la mirada.
-No del todo, sé que todavía tengo que ganármelo, pero me gusta besarte... Demasiado..-me sonrió ahora con timidez.. Peter Lanzani tímido, insólito.
-¿Queres que te bese?-pregunté solo por preguntar, sus ojos adoptaron un brillo que nunca le vi antes-¿es un sí?
Asintió y se agachó, tomé su cara entre mis manos y besé... Su mejilla.
Peter me miró decepcionado.
-Vos mismo me lo dijiste, todavía tenes que ganártelo-me reí divertida, él quería matarme, pero sabía que en el interior le estaba gustando este nuevo jueguito que habíamos empezado.

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