Respira profundo. Uno, dos, tres. Debes contenerte, debes contener...- ¡¿Qué demonios acabas de hacer?! - Irremediablemente estallé liberando mi pobre mano lesionada abruptamente de las suyas, como si el contacto piel a piel me estuviera quemando viva.
- Tomé ventaja. - Contestó hundiéndose de hombros y sonriendo de lado como todo un pequeño niño travieso.
- Ventajas mis... -
Nuevamente invadió mi espacio personal presionando su largo dedo índice contra mis dulces y abultados labios.
- Encima de saber exquisito, eres grosera. - Mal-di-to psicópata. - Necesitaba estudiarte de más cerca, a mi hermana le pareciste encantadora.
¿Acaba de decir hermana o yo escuché mal?
- ¿A quién? - Bien, no me juzguen, necesitaba asegurarme.
- No interesa. ¿Tienes algo que hacer después del trabajo? - Preguntó mientras se enderezaba.
- Mire, no lo estoy siguiendo. - Curioso lanzar tremenda burrada cuando estoy imitando sus movimientos.
- Y ahora eres educada. - Pero miren qué bien le sienta esa postura cuando cruza los brazos. ¡Concéntrate, Maine!
- Mira, - pedazo de estúpido, esto lo pensé - no te estoy siguiendo. Y, aaaah. - Maldigo haber hecho ese ademán de personita superada.
- La mano, Maine. - Advirtió en tono grave. - Buscaré la caja de primeros auxilios. No te muevas de aquí. - iba diciendo al aire mientras se dirigía en busca de dicho accesorio lleno de telas de araña, porque nunca, en mis dos años aquí, fue necesario. Tal vez... los objetos en su interior ya caducaron.
- ¿Tengo opción? - Balbucee a la misma nada.
Cuando el vampiro psicópata volvió con la caja, se la quité abruptamente con la mano sana. Obteniendo una carcajada de su parte. Cordial, cómo era de esperarse.
- No me gustan los rodeos así que iré directo al grano. Te vi, me gustaste, tuviste la dicha de que a mis hermanos también. De modo que quiero llevarte a nuestra "Comarca"
Más despacio señor: "tomo lo que quiero cuando se me pega la regalada gana".
- "Dicha". - Sí, fue lo único que repetí con aparente molestia. - No sé qué clase de juego tengas con Jefferson, pero no quiero ser participe.
- Te prometo que será... interesante. - Enunció poniendo demasiado énfasis en la última palabra. - Déjame advertirte Maine, no suelo ser muy paciente. Arlene quiere que te lleve conmigo y eso es lo que haré. ¿Entendido? - Culminó con una seriedad absoluta. Al terminar de vendarme la mano se puso de pie y se retiró del lugar emanando un aire de grandeza que llegó a abrumarme. De nuevo... ¿Tengo opción?
Todo es tan surreal que asusta. Nunca me hicieron un planteo similar. Debo haberme dormido en la biblioteca, eso es. Sino no le encontraría lógica a todo este asunto.
El tipo es apuesto no hay porqué negar lo evidente. Es alto, de buen porte, su piel es blanca como la porcelana, tiene el cabello castaño y lacio, una envolvente voz gruesa y unos hermosos ojos negros que te incitan a fantasear estupideces, como por ejemplo: que estoy frente a un asesino serial, psicópata o proxeneta. Qué se yo, su persona no me inspira confianza.
Por otro lado ¿Hermana? ¿Qué clase de hermanos serán para saludarse de ese modo? Bueno, ¿Qué puedo opinar yo? No tengo hermanos, y de tenerlos... ni los conozco. Estoy molesta, me duele la mano y debo salir en menos de una hora. El auto negro no está pero presiento que cierto ente me acecha desde las sombras. Muy Crepúsculo el asunto. Salvo que éste tipo no brilla, no parece estreñido y sus ojos no cambiaron de color. Al menos eso no llegue a distinguir.
Por un momento parecía que el tiempo se había detenido, si no fuera por los tres hombres que llegaron a comprar lotes de vinos finos hubiera creído que seguía soñando. Porque esto tenía que ser un sueño.
Miro la hora con pesar. Puedo escapar por la puerta lateral como la vil cobarde en la que me acabo de convertir desde el momento que esos ojos se fijaron en mí pobre ser.
Me mantengo actualizada con las noticias, sé que viven desapareciendo jóvenes de ambos sexos, la mayoría por ser engañados con supuestos anuncios clasificados de: "se solicita ayudante de/para". No tengo quién me llore pero me preocupa Pipin. ¿Quién le dará de comer en mi ausencia?
Lo tragicómico de toda ésta situación es que pienso en esto mientras arrastro mis pies hasta el vestidor para recoger mi bolso, suspirando y refunfuñando. El que me viera podría afirmar que se topó con un alma en pena.
Aquí voy hasta la puerta PRINCIPAL donde después de apagar el cartel de "Open" coloco la llave en el pestillo y me percato que no tengo tiempo de escapar porque Nate esta afirmado contra el poste de luz que esta frente la entrada, lamiendo un helado con aire desinteresado. Así de lenta soy.
- Maine...- Susurra, y en ese momento una sonrisa brillante surca su rostro haciéndome sentir confundida, incómoda y ansiosa.
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Madness ~ El Club de los condenados
Mystery / Thriller"Nosotros estamos locos, rotos... enfermos, y lo mejor de todo es que ninguno de los dos, ni él, ni yo pensamos componernos" Solo tengo un par de cosas para advertirte: 🍷 No todo es lo que parece 🍷 No te encariñes con los personajes, varios de ell...