Madness ~ El Club de los condenados

Capitulo XXXIII 🍷

Maine.

Me encontraba en mi puesto de trabajo esperando que el comprobante de una de las tarjetas se emitiera. Estaba aburrida y con los humos por el piso. Era mi segunda noche sin Caleb y Jay, lo cual no es lo mismo. No tengo problemas con mis otras compañeras de trabajo, no suelen conversar mucho y solo se limitan a sonreír y atender a los clientes.

He pillado a Jeff mirando en esta dirección un montón de veces. Me dan ganas de preguntarle si se le perdió algo, pero no quiero tentar mi suerte y ser la próxima suspendida. De Nathan solo sé que anda por algún lugar del local evadiendo a su querida Dita. Oh, sí. Las hermanas Halls están aquí. Infaltables.

En uno de mis descansos, me dirijo al baño con el solo fin de escribirle a mi amigo que se encuentra guardadito en la casona, aislado como si tuviera peste.

BOO: ¿Ya cenaste? ¿Cenaste algo más que helado? ¿Qué peli veremos hoy?

XXOO: Si, amorcito. Tome sopita, amorcito. La que tú quieras, amorcito. – Me responde de inmediato.

XXOO: ¿A qué horas cierras caja?

Pero la respuesta quedo suspendida en el aire cuando mi nombre fue pronunciado por una rubia de curvas exuberantes.

- Maine ¿verdad? – Pregunta mostrándose impaciente.

Asiento con la cabeza y tuerzo los labios fijando la mirada en la suya esperando a que siga con lo que tuviera que decir. Algo me dice que la hermana de Dita es una persona con la que se puede hablar.

- Tus ojos son.... ¿así? – Retiro lo dicho. Su cara desencajada me lleva a pensar que es la que menos piensa.

- ¿Necesitabas algo? – Directa y cordial, algo tenía que aprender en este lugar.

- Necesitaba a Jason para unas cosas...

- Jason está enfermo, tuvo que aislarse. Ya sabe, está cumpliendo a raja tabla con el protocolo de seguridad e higiene. Ahora si me disculpa. – Intento seguir mi camino pero no, la señorita tiene ganas de conversar.

- No nos han presentado. Yo soy....

- La novia del señor Jefferson. Hacen una bonita pareja, los felicito. – También aprendí a mentir, uno se adapta al entorno.

- Si, bueno... yo solo quería saber cómo estaba Jay ya que no lo veía desde antenoche.

Mentir, entorno. Como si no supiera como está, ella es la que sobra en la ecuación se le pega como sanguijuela a la Billetera del James mayor, lo toca y lo besa marcando territorio e hizo que su hermana lo suspendiera. No sé cómo se desarrollan los ataques de ira, pero creo que estoy al borde de tener uno.

Cuando me disponía a responder unas manos se posaron sobre mis hombros, ni falta hizo darme vuelta, ya que la mirada incrédula de la rubia y el aroma de la colonia cara me estaban diciendo quien era el dueño de esas manos.

- Cariño, podrías dejar de distraer a Maine. Solo tiene diez minutos de descanso y ya perdió tres.

Cara abrió y cerró la boca como si fuera un pez para luego hacerse a un lado y dejarme pasar.

Iba a retomar mi camino cuando detrás de mí se escuchó un claro "Espérame en el sector vip. Sector donde deberías estar. Ya vuelvo".

Entro al cuarto de baño lo más rápido que mis piernas me permiten, pensando esquivar el dialogo innecesario con uno de mis jefes, pero ¡Qué ilusa! El tipo es dueño de todo, un cartel luminoso de "Damas" no iba a impedir su ingreso. Por poco y me acompaña hasta el cubículo.

- ¿Cara hizo algo para molestarte? ¿Te intimido de algún modo? ¿Te...?

- ¿Me? No. No y por las dudas, tampoco. – interrumpí y contesté señalando el cubículo al que pretendía entrar.

Don "picardía", enarca una ceja y señala mi celular. - Sé a lo que vienes.

- No me sorprende que tengan cronometrados mis movimientos.

- Maine...

- ¿Lo dije o lo pensé? – pregunté muy para mí, pero sus antenas estaban bien atentas a todo.

- ¿Cómo esta Jason? – Soltó la pregunta junto con un suspiro, era mi turno para cruzarme de brazos y enarcar cejas.

- Muy bien, esperándome para dormir juntos, bien juntos. – Sincera y frontal, sé que sonó mal, pero...me vale.

- No tientes tu suerte. – Sisea entre dientes con esa cara de "puedes ir juntando tus porquerías".

En ese preciso instante su móvil sonó, interrumpiendo nuestro "mágico" momento, dos segundos en los que suspire ilusionada pensando que me dejaría en paz, hasta que...colgó.

- Maine, Maine, Maine. – Esto no es bueno, la picardía en sus ojos me lo está advirtiendo. – Llegaron unas personas muy importantes y necesitamos de tu presencia en la azotea.

- Supongo que de negarme.... Correré la misma suerte que MI mejor amigo.

- Ay ¿Qué tienes, cinco años?

- Lo mismo me pregunté al descubrir el verdadero motivo por el cual suspendiste a una persona sin tomarte cinco minutos para escucharla.

Eso quería ver. Su estúpida y perfecta sonrisa se apagó haciéndolo retroceder hasta la puerta de entrada, desde donde me recordó la no cita en la azotea.

Ahora la gran pregunta es: ¿Quiénes son esas personas? ¿Y porque estarán en la azotea...?

El considerado señor Jefferson James, me dio cinco minutos de descanso para que "haga lo que tenga que hacer".

Como ya no era necesaria la escenita del baño, decidí disfrutar de esos cinco minutos en el sofá que no tuve oportunidad de ocupar nunca. Siempre que vengo al tocador es para contestar los mensajes de "mis chicos": Jason, Nathan y Caleb, y por las dudas siempre me escondo en el primer cubículo, por si alguna persona me llega a descubrir.

Ni bien Jeff cerró la puerta saque el móvil y comencé a textearle a Jay.

BOO: - ¿Azotea? ¿Personas importantes?

XXOO: ¿Qué día es hoy? Ni ganas de pensar Boo.

Sí que no tiene ganas de nada, la fecha figura en el celular del que me está contestando.

BOO: ¿Viernes 09 de octubre?

Ese "escribiendo, escribiendo, escribiendo" me indica que está verificando la fecha o recordando algo, quizás.

XXOO: Ya se, son personas muy agradables. Nada de qué preocuparse. Sé que no lo comprenderás ahora pero... confía en mí. Te sugiero que no te quedes mirando por mucho tiempo el cabello de la dama. Ella es preciosa. Si te llega a sonreír en algún momento, date por bendecida. Disfruta la velada ;) XOXO.

Supuestamente lo último son besos y abrazos en su lenguaje. Un poco más tranquila me dirijo a pasos acelerados hacia el ascensor, pero por lo visto no podré utilizarlo ya que las hermanitas  acaban de subir en él. ¿Será que ellas también se dirigen allá?