Madness ~ El Club de los condenados

Capítulo V 🍷

Nathan.

Bien, repasemos el plan:

- Ir a la bodega del centro.

- Intentar espantar a la presa.

- Seducirla.

- Confundirla.

- Cazarla.

- Juguetear, por qué no, con ella.

- Llevarla a la guarida, mediante engaños.

- Los otros se encargaran de terminar de envolverla.

- Volver a casa y terminar esa misión del GTA que me está colmando la paciencia.

Simple y sencillo. Un suspiro para mí. O al menos eso pensaba, porque el seducido y confundido terminé siendo yo.

Soy un hombre simple, en mi vida habré tenido una sola relación seria con una chica que conocí en un viaje de intercambio estudiantil. Le di todo de mi a la muy desgraciada, casi pierdo mi amada herencia por esa pelinegra de labios carnosos y piel canela. Muy hermosa y angelical. En la cama la peor de las fieras. Atractiva, seductora. Jamás en la vida volví a toparme con una mujer así. Creía que era amor, y solo se trataba de mi miembro viril enloquecido por dicha reencarnación angelical.

La muy, muy estaba comprometida con un jeque. Le importó muy poco plantarme por un viejo de 43 años. El amor es una jodida ilusión. No existe. Lo idealizaron de tal modo que todos caen como los idiotas que son. Yo caí.

Mi pobre alma destrozada resurgió de lo más hondo de las cenizas. Así, tal cual ave fénix. No me llaman el rey del drama por nada.

Con el pasar del tiempo me dediqué a vivir, a no involucrar cierto órgano muscular en nada similar a una relación. Solo es sexo, rudo y duro. Bueno, tampoco es tan así. Tampoco es que sea un semental. Pero la morocha dejó metida la daga en mí y bueno...me convertí en esto que leen.

Volviendo al Hoy y lo que acaba de suceder...

Subimos a la Lambo de Jeff, y en el camino fueron poniéndome al tanto de la situación:

Maine C. Gale. Nacida el 16 de junio de 1997. Sin familia. Sus padres murieron en un accidente de tránsito, cuando ella tenía 5 años. Su hermano menor desapareció y ella fue la única sobreviviente. Según su psiquiatra... No padece de pérdida de memoria, solo suprimió el recuerdo cómo mecanismo de defensa. Al parecer su madre murió frente a sus ojos, o al menos eso decía en el reporte policial: "La encontraron mirando fijamente los ojos apagados de su progenitora". Debido al suceso no habló durante seis semanas.

Se encuentra cursando el segundo semestre de Comercio exterior. Y no tiene un solo amigo en el mundo.

Lo curioso es que el Psiquiatra que la trató es el reconocido Dr. S.

Mientras mi cabecita iba almacenando la nueva información intentaba buscarla por las diversas redes sociales.

- No está registrada en ninguna red social.

¿Qué? Mi cara debió ser un poema puesto que Jefferson me miró sobre el hombro y sonrió como el estúpido engreído que es.

- ¿Quién en pleno 2021 no tiene perfil en ninguna red social?

- Ella. – Contestó Arlene con aire relajado.

Semejante reliquia Prehistórica.

- Aún hay más....- comenzó Jefferson antes de que la rubia chasquee con su lengua.

- Cariño, le quitas la emoción al asunto. No seas así.

A pesar de que mi hermanito mayor se mostraba molesto, esa sugerencia pareció caerle en gracia. El infeliz no dejaba de sonreír.

Al llegar a la Bodega JM2 pusimos en marcha el plan: Ellos entrarían, yo esperaría y pim pum pam!

Llegado mi turno, me baje del auto y me dirigí a una de las sucursales del infierno. Todo iba bien hasta que... Quedé helado cuando la vi.

Se encontraba tan sumergida en su trabajo, que no se percató en mi presencia. Necesitaba captar su atención. Bueno, no fue lo más creativo pero un besito cariñoso a mi odioso dolor de muelas hizo su gracia.

- No mientras trabajamos, Nate. - Vocifero Jeff.

Cuando me acerque para ver su gafete me di cuenta de dos cosas:

Uno: La condenada huele exquisito y dos: sus ojos. Sus benditos ojos son de color bordo. Tienen que ser lentes de contacto. Deben serlo. Es humanamente imposible que posea ese color.

Pestañe reiteradas veces para volver a la realidad, pero no. Por más que lo niegue... Esos ojos eran reales, tienen ese maldito color.

Nota mental: Ni bien llegue a casa debería googlear lo que vi.