PELI MOTTO

668 60 3
                                    

-Puedo hablar contigo.-escuché al Mandaloriano luego de un rato, mientras los niños, Rage y yo mirábamos como el pequeño verde se comía una rana.

Pero no era a mi a quien se dirigía, era aquella mujer que lo miraba esperanzada. Ellos dos caminaron unos pasos lejos de lugar para no ser escuchados.

Volteé hacia Cara por instinto, pero esta solo dio un buen trago a su bebida como respuesta.

.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*

-Es muy agradable aquí.-comenzó él Mandaloriano a una distancia prudente de la joven pelirroja, que miraba inevitablemente de reojo cada tanto en su dirección.

-Si-dijo la viuda con una sonrisa.

-Creo que esta claro que es feliz aquí.-murmuró viendo al niño jugar en los brazos de Namla.

-Que me dices de ti?.-indagó la mujer.-Queremos que te quedes. Tú y tú niño podrían tener una buena vida aquí. No sería agradable?.-Cuestionó ella con voz suave, mientras tomaba mi casco entre sus manos y comenzaba a levantarlo muy lentamente, hasta que la detuve, alejando sus manos de su rostro. Acción que se que Namla registro.

-Si...lo sería.-respondió él. Pero su mirada no estaba sobre la aldeana cuando lo pronunció con tanto anhelo. Estaba sobre la joven chica sentada junto a los demás niños, que ahora sí que miraba a lo descarado en su dirección. Respuesta que la viuda entendió a la perfección. La elección del hombre estaba más que echa.-Yo no pertenezco aquí. Pero ellos sí.

-Lo entiendo. Voy a cuidarlo como si fuera mío.

-Te lo agradezco, pero se que Namla podrá hacerlo por su propia cuenta.-dijo dejando en claro que el bebé se quedaba con la pelirroja.-Asegúrate de que tenga un hogar, una casa con su propio jardín. Le gustan los jardines. El dinero no es problema. Ella merece una buena vida.

La aldeana asintió, sabiendo que se lo debían al Mandaloriano por toda su ayuda.

Por otra parte, Nalma habiendo perdido el interés en la otra parejita, le daba al niño pequeños pececitos azules que tanto le encantaban. El pequeño era de buen comer y para colmo carnívoro. Amaba la carne cruda.

Pero justo cuando le daba otro, un disparo se escuchó por toda la pradera.

Namla reaccionó de forma rápida cubriendo al bebé y a Wita con su cuerpo, pero ninguno más se escuchó.

-Mami.-la niña corrió junto a la viuda, mientras cargaba al niño y me internada al bosque por donde Mando había echado a correr.

Él y Cara ya estaban ahí, junto al cuerpo de un extraño caza-recompensas. Tenía un rastreador entre sus manos.

-Que sucedió?.-les pregunté

-Ya saben que están aquí.-respondió Dune.-Seguirán viniendo.

-Y ahora qué?.-le cuestioné al Mandaloriano. Este guardó silencio durante un instante, antes de suspirar y mirarme.

-Empaca.-fueron sus únicas palabras.

-fueron sus únicas palabras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
NAMLA  //The Mandalorian//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora