Si había que describir con seis palabras a la mujer frente a sus ojos, sin duda serían....extraña, intrigante, misteriosa, pero tambien hermosa, valiente y muy compasiva.
Cualidades que lo atraían sin piedad alguna.
Asi que sin importar cuan extens...
-Vamos amigo. Encontremos donde dejó Greez los medicamentos.-le dijo el hombre a su inseparable droide.
Habían encontrado a una joven muchacha pelirroja tirada en medio de la calle. El Jedi no había perdido el tiempo y la había llevado a su nave para curarla desinteresadamente.
El Crimson era algo común y fácil de tratar si tenías los medicamentos correctos.
El pequeño droide hizo un sonidito alegre avisando a su dueño que encontró el paquete de medicina.
-Bien echo BD-1.-respondió el hombre preparando en Med-Pack. Tomó el brazo de la chica he inyectó el contenido azul. Eso debería hacerla sentir mejor rápidamente.
La cubrió con una manta delgada, no queriendo agravar su fiebre y él se dispuso a descansar un poco. Había llegado a este planeta de emergencia. La nave había quedado muy tocada de la última misión que tuvo. Esperaba encontrar un mecánico y las piezas faltantes para agilizar la situación, pero por alguna extraña razón la fuerza lo había dirigido a ese callejón encontrándose con la mujer, que le resultaba extrañamente familiar mientras mas la veía.
Ese pelo...esos razgos. Tan idénticos a alguien que conocía.
Esperaba que despertara pronto, para poder conocer su nombre y salir de dudas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Arena...
Agua...
Arena otra vez...
No sabía donde estaba, pero eso es lo que había bajo mis pies.
Estaba feliz y relajada. Las risas salían de mi boca mientras miraba a alguien borroso frente a mi.
Hace mucho que no sentía ese grado alegría... hace mucho...
Luego fue remplazado con adrenalina...culpa de una gigantesca bestia alada revoloteando enfrente de mi.
La escena volvió a cambiar.
-"Grogu..."-reprendí al niño que me miraba expectante con sus grandes orbes cafés.-A que estás esperando?
El pequeño balbuceo he hizo lo que le pedí.
-Bien echo!.-le aplaudí contenta de verlo progresar....
Seguido de eso estaba en otro sitio. Distinto en su mayoría de los demás planetas en los que estado.
Pero aun así, yo lograba conservaba ese aire divertido y en paz. Y mucha sensación confianza.
Mi cabeza estaba recargada sobre el hombro de alguien. Esa persona estaba asando mi dulce Hetzaliano favorito en las llamas de la fogata frente a mi. Solo aquel ser podía prepáralo como a mi me gustaba. Cosa que ni siquiera yo lograba. Era algo torpe en el arte de la cocina.
