DIFFERENCES

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-No me haz dicho a donde vamos.-cuestioné por octava vez.

-En vez de enfocar tus energías en preguntar tanto. Porque no mejor apagas tus pensamientos y dejas que la fuerza te guíe?.-respondió cediéndome los controles de la nave.-Ya sabes como se hace. Cierra los ojos y concéntrate.

Sin protestar, entré en una especie de meditación.

Sentía justo lo que debería sentir. Un aló de luz guiándome hacia un lugar en específico.

Me mantuve por un tiempo indefinido desde mi perspectiva hasta que la voz de mi maestro resonó como un eco distante.

-Hemos llegado. Deja la nave sobrevolando.-me indicó.-Tú, droide. Quédate aquí.-le ordeno a R2.

-A él no le gusta quedarse en las naves.-repliqué de inmediato.

-Esta vez tendrá que hacerlo.-acalló mi queja.

-Lo siento amigo, tendrás que esperar aquí. No tardare mucho, lo prometo.-le dije al pequeño droide. Maxlon jamás cambiaría de opinión.-Tython?.-me extrañé al notar por los cristales de la nave, la piedra en la que Grogu meditó hace ya tanto tiempo.

-Bajemos.-ordenó abriendo la rampa. Ambos bajamos de un solo salto. Con tan solo tocar el suelo los recuerdos me bombardeaban.

-Ufff...-exhalé al ver en las ruinas la gran mancha de sangre seca que dejó mi cabeza ese día.-Si...fueron momentos difíciles.-le dije a mi maestro que también observaba el lugar del accidente.

-Es poco probable que un Jedi muera de un golpe a la cabeza.-me informó.-Lo más común es ser...

-Decapitados o empalados vivos. Lo sé.-me adelanté a su respuesta. Tenía muy en claro las formas más comunes de acabar con un Jedi. La guerra de los clones y la orden sesenta y seis lo dejó más que claro.

Aun que también cabía la posibilidad de que sea relativamente sencillo que te maten con un Blaster. Siempre y cuando venga de alguien en quien confías y no lo veas venir.

-Sigamos.-apremió con sus típicos pasos firmes y pesados.

-A dónde? Aquí no hay nada. Todo lo que queda son estas ruinas.-señalé a mi alrededor.

-Hay un templo.-me informó desempolvando las piedras con sus manos.-Justo debajo de nosotros.

-En serio?.-indagué curiosa buscando una entrada secreta.

-Lee las escrituras.-señaló las letras en el monumento central.

-No puedo entender mucho...solo palabras al azar...la transcripción es demasiado antigua.

-Lo son. Tienen mas de veinticinco mil años. Fueron escritos por uno de los primeros grupos sensitivos a la fuerza. Los Je'daii

-Los Je'daii? Nunca había escuchado ese término.

-No era un tema recurrente en la orden. Debías tener el rango de maestro si querías acceder a esos archivos en la biblioteca del templo.

-Porqué? Si son nuestras raíces porqué ocultarlo?.

-Porque la orden se separó de las directrices antiguas.-explicó señalando un pedazo del escrito.-Dime, que dice ahí?.

-Algo como...de una puerta. Puerta de dos. Creo...

-Así es. Leíste las instrucciones. Ahora sabes que hay que hacer.

-Puerta de dos...se refiere como a los demás templos?.-mi maestro asintió.-Entiendo.

Me coloqué a su lado y cerré mis ojos. Nuestras manos se levantaron al unísono y expandimos nuestra conciencia hacia el exterior.

El crujir de la piedra moverse se escuchaba con eco mientras nosotros no perdíamos la concentración.

NAMLA  //The Mandalorian//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora