Deseos de venganza.

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...

Cuando Neela llegó corriendo aún en pijama a la mansión Bloom, donde vivía su madre, elfo y abuela, encontró destrozos en el recibidor, intercambió una mirada de preocupación con Tom, imaginándose lo peor.

Escucharon un llanto proveniente de uno de los cuartos, así que se apresuraron a correr hacia las escaleras en búsqueda del origen del ruido.

Cuando llegaron a la habitación correspondiente, Neela soltó un grito de terror, pues frente a ella se encontraba su abuela, quien era la mujer que lloraba con su hija entre sus brazos, muerta.

Kampell observaba con tristeza a su ama recién fallecida, desviando su mirada a Neela, quien pudo notar como las lágrimas se escurrían por la mejilla del elfo.

La rubia entró al cuarto finalmente, avanzando con sus pies tan pesados como una tonelada de metal.

Se dejó caer frente a su abuela, quien abrazaba el cadáver de su madre. Negó mientras la observaba, deseando que todo eso solo fuera parte de una pesadilla.

Se arrastró hacia ella, llevando su mano temblorosa a su mejilla, cuando su mano se posó en la piel de su madre, un escalofrío recorrió su cuerpo. Estaba helada.

---¿Mamá?--- la llamó entre lágrimas ---¿¡Mamá!?--- la llamó más fuerte, como si eso fuera a hacerla reaccionar ---Por favor, despierta, no me dejes...--- pidió sollozando.

Apretó su mano, escondiendo su rostro en el pecho de su madre, llorando sobre este.

---Te lo suplico, regresa, regresa--- rogó desolada.

Pero nada sucedió, simplemente la casa se llenó con el ruido de los lamentos de ambas brujas, la hija que había perdido a su madre, y la madre que había perdido a su hija.

.
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A los pocos días, Delphini fue enterrada justo al lado de la tumba de Belmont. La bruja no tenía pocos conocidos, pues antes de ser enviada a Azkaban era como una celebridad tanto en el mundo mágico como en el muggle.

Así que los ramos de flores no tardaron en llegar, al igual que los amigos de Neela, quienes fueron al lugar para apoyarla.

También fueron conocidos de Dumbledore, solo los que eran lo suficientemente cercanos como para saber de su hija, entre ellos se encontraba el magizoólogo, Newt Scamander y su esposa Tina, quienes presenciaron el entierro en silencio.

Penélope dejó a Jasper con John, y se acercó a Neela, quien lloraba en silencio frente a la tumba de su madre.

Sostuvo su mano y recargó su cabeza en su hombro.

---Se ha reencontrado con tu padre--- la animó su amiga ---Y tiene el placer de conocer a Mattheo--- prosiguió.

Neela asintió, secando sus lágrimas.

---De alguna manera, eso no es suficiente para mí--- respondió con un nudo en la garganta, desviando la mirada a sus abuelos.

Era la primera vez en años que los veía tan cerca, pues mientras Agra lloraba desconsolada, Albus la abrazaba con una mirada perdida y vacía que compensaba la falta de lágrimas.

---Ninguna madre debería de ver a su hijo morir--- soltó Neela ---Pagarán, Penny, te juro que pagarán.

---¿Quiénes?--- preguntó su amiga ---Pensé que los aurores que habían causado esto, murieron al instante... ya sabes, por tu abuela.

---No es suficiente. El departamento de aurores, el ministerio completo, todo el mundo pagará y sufrirá como yo estoy sufriendo ahora--- declaró ---Lo intenté, Penélope, en serio lo intenté. Quería comenzar una vida normal, tener misericordia de todos los pecadores pero esto... Esto ya se nos ha escapado de las manos.

La calma antes de la tormenta [Tom Riddle y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora