De vuelta en Hogwarts.

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...

Inicios de octubre, 1971

---Puedes confiar que mis mortífagos cuidarán bien de ti, Eris--- le prometió a la esposa de Eric, quien asintió.

---Cuando veas a Jasper ¿Podrías decirle que lo amo, y que no pararé hasta estar a su lado de nuevo?--- Neela asintió ---Te pediría lo mismo con Elena, pero ella ni siquiera sabe de mi existencia.

---En eso estás equivocada--- la bruja la miró intrigada ---Poco antes de entrar a Hogwarts, encontró una foto tuya en la bodega de Vallerie. Claro que no sabe que se trata de su madre, pero ya ha visto tu rostro.

Eris sonrió.

---Pensar que los bebés que cargué en mi útero por tanto tiempo, y por los que estuve dispuesta a dar mi vida en el parto, a los que le dediqué cada minuto de todo un año... Ni siquiera tuvieran una idea de mi rostro, me duele tanto, Neela, me quema aquí dentro--- dijo colocando su mano en su pecho.

Riddle la abrazó para reconfortarla.

---No desesperes, Eris, pronto las cosas estarán resueltas, cuenta con eso.

Tras despedirse de la viuda de su amigo, se dirigió al cuarto de su abuela, para ahora decirle adiós a ella.

Y se sorprendió al encontrar que ella también estaba preparando sus baúles.

---¿También te vas?--- Agra asintió, sus ojos estaban rojos e hinchados, había estado llorando.

---Solo tenía dos razones para quedarme aquí--- dijo metiendo la última prenda al baúl ---Tú te vas y... Tu madre ya no está--- dijo con un malestar en el estómago de recordarlo.

---Pero... ¿Y la guerra? Abuela.

---Esta realmente nunca fue mi guerra. Ambas sabemos que seré más útil investigando que peleando.

---¿Investigando?.

---Sobre el más allá, como derribar la barrera o abrir una puerta, lo que sea.

---Pensé que estabas en contra de eso--- Agra se encogió de hombros, tallando su nariz.

---Perder a un hijo te cambia la perspectiva. Tú lo sabes mejor que nadie--- dijo sentándose en la cama, dejándose caer como si el mundo le pesara.

Perdió su mirada y mente en el paisaje otoñal, siguiendo inconscientemente las hojas que volaban al dejarse arrastrar por el viento.

---Unos días antes, comencé a soñar con su muerte, vi continuamente como era asesinada por un auror del ministerio. Traté de evitarlo, yo lo intenté...--- aguantó un sollozo, cerrando los ojos ---Pero fue en vano, perdí a mi pequeña de todos modos. No fue suficiente asesinar al que creía su asesino. Al final, murió protegiéndome... Tenía que ser al revés, yo estaba dispuesta a dar mi vida por ella ¿Por qué tenía que meterse entre ese hechizo y yo? ¿¡Por qué!?--- soltó llorando amargamente.

Su nieta no tardó en correr a abrazarla, comprendiendo el dolor que su abuela sentía, pues ella también había perdido a su hijo, y dos veces.

---La tendrás de vuelta, abuela, lo prometo. La tendremos de vuelta, no importa cuánto me tarde ni cuánto me cueste--- le aseguró.

Si tan solo Neela hubiera tenido una idea de lo que le costaría, seguramente se hubiera tragado esas palabras.

...

Bajó las escaleras de la mansión con sus baules flotando detrás de ella, observando a los dos magos que la esperaban al pie de estas: Tom y Rabastan.

La calma antes de la tormenta [Tom Riddle y tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora