XIII. Música

14 4 9
                                    

Nana, Jangmi y Ryuko bajaron las escaleras con calma con la última campanada de las clases

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nana, Jangmi y Ryuko bajaron las escaleras con calma con la última campanada de las clases. Los miembros antiguos del coro debían ayudar a preparar todo para las audiciones el primer fin de semana, y ahora que no estaba Uchiyama, todos podían tomar las cosas con más calma. Al llegar al teatro, se encontraron con los demás miembros del club junto al profesor Asahi y la nueva solista frente al tapiz de la geisha.

—Ahora que están todos, ya podemos dar la nueva contraseña —dijo la chica.

—La contraseña fue elegida por la señorita Narita Saya, a quien conocen por ser la nueva vocalista principal.

Ella hizo una reverencia y todos aplaudieron. Se irguió con una sonrisa y encaró a la geisha, que la miraba con su usual sonrisa tímida oculta tras el abanico rojo.

—Hachiman.

La mujer en el tapiz señaló la esquina por donde podían acceder con su abanico, dándole a todos permiso para pasar. Subieron por la estrecha escalera hasta la última sala de ensayo, la más grande de todas, sentándose en el suelo frente a la mesa del profesor Asahi, en la que también se había posicionado Saya junto al sempai del área instrumental.

—Como de costumbre, este año se harán las audiciones el fin de semana —comenzó Asahi— Los necesito aquí ese día para controlar a los aspirantes, que son más que el año anterior.

Algunos chicos aplaudieron ante esa asombrosa noticia.

—Sobre la música, me gustaría que, si tienen algo en mente, lo digan ahora. Pueden traer ideas para ustedes o para los nuevos miembros.

Una idea se le instaló a Jangmi en la cabeza ¿Qué pasaría si proponía Arirang? En el silencio de la sala de ensayo ese pensamiento fue creciendo poco a poco pero, por lógica y conciencia de su situación, no quería ni arriesgarse a proponerlo.

—¿Tienes una idea, Sen? —preguntó la suave voz de Saya.

—Em... no. No conozco muchas canciones. Lo siento.

—De acuerdo —continuó Asahi—. Las chicas de quinto año tal vez tendrán que ser maestras de alguno de los nuevos.

Las tres abrieron los ojos con mucha sorpresa. Era lo que menos se esperaban que pudiera pasar. Ninguna sabía tener personas menores a su cargo, y mucho menos enseñarle a alguien.

—¿Está seguro, profesor? —preguntó Jangmi con inseguridad.

—Será necesario. Solo tenemos a Narita para las voces y a Chiba para los instrumentos. Aunque todo depende de cuánta gente aceptemos, es fijo que Narita tendrá que ayudarlas a ustedes dos.

Ella sonrió con simpatía para decirles que contarían con su ayuda para eso, así que ambas se calmaron un poco.

—La que menos chicos tendrá a su cargo será la sucesora de Narita.

Arirang | MahoutokoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora