花 PARTE 4

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En pleno invierno cuando veas una flor,

por favor, piensa en mí



Junio 1950 — Abril 1960

Un par de cartas llegaron con un margen considerable de tiempo entre cada una, y ambas lo cambiaron todo

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Un par de cartas llegaron con un margen considerable de tiempo entre cada una, y ambas lo cambiaron todo.

La primera fue la de Jihyun, quien muy temprano en la mañana se levantó corriendo hacia el área de las chicas sin pensar en la protección que existe contra las intrusiones del sexo puesto. Quedó atrapado de las rodillas para abajo en el tatami mientras gritaba en coreano a Jangmi.

Kou tuvo que buscar a la profesora Hamasaki para que le ayudara a sacar al chico de ahí, mientras que él seguía hablando con mucha angustia. Solo Jangmi pudo comprenderlo sin llegar a explicar nada a nadie en todo ese tiempo, pero la angustia repentina del chico se contagió a ella de inmediato, tornando su cabello en un gris opaco que no veían desde hacía años.

Taro notó como el resto del día lo pasaron con ese mismo aire, hablando entre ellos, sus profesores y la hermana pequeña del chico, pero no se atrevió a preguntar hasta un par de días más tarde durante la cena, cuando las cosas parecían calmarse.

—Chicos ¿ocurrió algo?

En ese momento, un paiño entró por la ventana, dejando que una carta cayera sobre el plato de arroz con kimchi de Jangmi, quien la abrió desesperada y con las manos temblorosas.

Jihyun se acercó a leerla, y la tristeza los inundó a ambos. Ella simplemente se excusó con un hilo de voz y salió del comedor tras hacer una reverencia hacia todos.

—Jihyun...

—Era de su madre.

—¿Todo está bien allá?

—No —dijo tras suspirar—. El norte atacó en la madrugada a un pueblo en la frontera del sur hace tres días.

Todos se miraron extrañados. Por más que la península que antes se llamaba solamente Joseon se había dividido hacía dos años, las tensiones habían sido casi imperceptibles hasta el último año. Los gobiernos opuestos no habían llegado a un arreglo para unificarse, y habían terminado como dos países diferentes.

—¿Y eso qué significa? —preguntó Kou.

—Estamos en guerra.

Arirang | MahoutokoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora